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Rio+20 y el control poblacional

Del 20 al 22 de junio se está celebrando, en Rio de Janeiro, Brasil, la Cumbre Rio+20, llamada oficialmente Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable. La misma tiene lugar veinte años después de la primera cumbre de Río de Janeiro en 1992 y diez años después de la de Johannesburgo en 2002.

Una de las noticias alarmantes que surgieron durante los últimos días en torno a a la cumbre fue sobre el contenido del borrador del documento final de Rio+20, debido a algunas declaraciones de directivos de Naciones Unidas y organizaciones civiles que instaban a promover políticas de control natal como medio para conservar el ambiente.

Durante lo últimos meses, el Fondo de Población de Naciones Unidas, Católicas por el Derecho a Decidir, la Federación Internacional de Planificación de la Familia (conocida como Planned Parenthood) y delegados de Noruega e Islandia trabajaron febrilmente para sacar ventaja de la conferencia de Río+20 sobre desarrollo sostenible a fin de promover tanto un derecho internacional al aborto como el control demográfico, según informo recientemente C-FAM por medio de su boletin de noticias Friday Fax.

No obstante, las negociaciones de la cumbre de esta semana demuestran que no se logró tal obejtivo, de acuerdo a un informe de Tim Herrmann, corresponsal de la mencionada fuente de noticias. La Santa Sede, Nicaragua, Chile, Rusia, Honduras, Siria, República Dominicana, Costa Rica y Egipto rechazaron la introducción de los «derechos reproductivos» en el documento final de Río+20.

Nicaragua insistió en que las delegaciones dejaran de practicar «boxeo de sombra en torno al término “derechos reproductivos”», el cual «todos los países saben que es un código de la ONU para el aborto». La delegación chilena realizó una afirmación similar al declarar que el «derecho a la vida» es «incompatible con el término “derechos reproductivos”». Rusia y la Santa Sede, junto a los países del G77,  señalaron que el término, cuando se lo sitúa en el mismo párrafo de la planificación familiar, constituía un intento de «promover el control demográfico» como un modo de alcanzar el desarrollo sostenible.

Sin duda Rio+20 ha resultado ser un fracaso para los abortistas que busca las formas de introducir en los países este crimen como una política de control natal. Es necesario hacer enfásis que la persona humana en necesaria para el desarrollo de las comunidades y no ver al hombre como el enemigo del ambiente.

El crecimiento demográfico no tiene un impacto negativo en la meta por alcanzar el desarrollo sotenible, tan deseado por muchos países. Imponer politicas anticonceptivas de planificación familiar para refrenar el cambio climático es un idea contraria a la dignidad de la persona humana y su libertad. La solución no es destruir al ser humano, sino educarlo para que aprenda a cuidar de su entorno.