Según datos que publicó el Instituto de Estadísticas (INSEE) a principios de año, Francia e Irlanda son los países con la natalidad más alta en Europa, con una tasa de fecundidad de 2,01 hijos por mujer en el año 2010. Dicho número es positivo para la Unión Europea, considerando que los países del sur del Europa apenas llegan al 1,4 y los del Europa Central todavian es más bajo. El tecer lugar lo ocupa Alemania con una población de 81,8 millones de habitantes y su población continúa decreciendo.
En el 2010, Francia supero por primera vez los 65 millones de habitantes, con 802,000 niños nacidos. La edad media de la maternidad está en los 30 años y continúa subiendo, y ello se debe en gran medida a que las mujeres retrasan el matrimonio por los estudios. Los datos estadísticos demuestran que en el año 2008, las francesas sin estudios tenían una tasa de 2,5 hijos por mujer contra un 1,8 para las de título de bachillerato o superior. Entre las mujeres sin hijos –un 13% de las generaciones nacidas en los años 60–, las mujeres con título universitario están sobrerrepresentadas.
El aumento de la población (358.000 habitantes más en 2010) se debe en su mayor parte al exceso de nacimientos sobre muertes (283.000) y mucho menos al saldo migratorio (75.000). El título universitario abre muchas puertas a las mujeres, pero no precisamente las del matrimonio. En Francia las universitarias se casan más tarde, tienen su primer hijo con mayor edad y también es más probable que no tengan hijos y vivan solas, en comparación con las de menos estudios.
Llama la atención el hecho que la mayor población no significa que haya más parejas casadas con hijos. El matrimonio continúa en declinación. El matrimonio es más tardío y menos frecuente, y se desarrollan otras formas de vida en pareja o en solitario: unión libre, pacto civil de solidaridad (PACS), celibato, familias monoparentales, familias recompuestas. En 2010 se celebraron 249.000, lo que supone una tasa de 4 por 1.000 habitantes, cuando en los años setenta era el doble. Tener hijos tampoco va unido ya al compromiso matrimonial. En 2010, el 54,8% de los nacimientos se produjeron fuera del matrimonio.
En Fadep hemos publicado artículos sobre estudios que demuestran que el matrimonio no sólo beneficia a la pareja sino que también a los hijos en su desarrollo personal. Una de las dificultades que encuentran las parejas para contraer matrimonio es la falta de flexibilidad laboral y conciliacion de la paternidad/maternidad con el trabajo. Los gobiernos implementan politicas para ayudar a madres solteras, lo cual es necesario; sin embargo, tanto el gobierno como el sector privado deben también brindar ayuda y facilidades a los padres casados para el sostenimiento y desarrollo de la familia.
Fuente: Aceprensa