Una familia intacta, la vida familiar y la participación religiosa parecen proteger a los adultos y los niños de la violencia. Las ciencias sociales demuestran que los jóvenes que crece en familias intactas son menos propensos a presentar conductas delictivas y de alto riesgo; asimismo que las comunidades con menos rupturas familiares tienden a experimentar niveles más bajos de la delincuencia juvenil.
A continuación le presentamos un resumen de los mismos:
- Los adolescentes que viven con padres casados y biológicos son menos propensos a exhibir conductas delictivas como dañar y robar deliberadamente, herir gravemente a otra persona, vender drogas, entre otros, que aquellos jóvenes que viven con sus madres solamente, con sus madres y padrastros casados o con sus madres y convivientes.
- Las adolescentes que nunca han vivido separados de sus padres son menos propensas a reportar el abuso sexual. Las probabilidades de informar de una experiencia sexual forzada es siete veces mayor en las mujeres adolescentes que han vivido con sus padres separados antes de los 16 años, en comparación con las adolescentes que viven con ambos padres.
- El abuso sexual infantil se asocia con otras formas de abuso, abandono y la desintegración familiar. Con base en datos retrospectivos, los individuos que experimentaron abuso sexual durante la infancia tenían más probabilidades de haber sufrido otros tipos de experiencias adversas en la infancia, incluido el abuso emocional o físico, madre maltratadas, abuso de sustancias hogar, enfermedad mental familiar, la separación / divorcio de los padres, en comparación con las personas que no sufrieron de abuso sexual cuando eran niños.
- Las personas que asisten regularmente a los servicios religiosos son menos propensos a cometer actos de violencia doméstica. En comparación con las personas que asistieron a los servicios religiosos una vez al año o menos, los que asistieron a la iglesia con regularidad (al menos una vez a la semana) eran menos propensos a cometer un acto de violencia contra sus parejas.
Una vez queda demostrado que la familia y la religión son importantes para las personas y la sociedad. Es necesario por lo tanto seguir fomentando ello y ayudar a las comunidades para prevenir los actos de violencia.
Fuente: FamilyFacts