El 4 de abril de 2011, el periodico digital Inforsurhoy.com, publicó una entrevista realizada a la chilena Olga Collinet Heredia, especialista en enevejecimiento poblacional, en la cual plantea los desafíos que estos hechos implican para la economía, el sistema de salud y la dinámica familiar.
Heredia discute los desafíos y sugiere iniciativas gubernamentales para hacer frente al nuevo perfil demográfico de América Latina.
Al preguntársele sobre la relación entre el envejecimiento y el proceso de industrialización, la experta declaró que esta última facilita la caída en las tasas de mortalidad una vez que se lograron avances en las condiciones de vida del individuo. En un primer momento, se produce un crecimiento de población ya que hay menos fallecimientos y la tasa de natalidad permanece alta. Cuando ambas tasas se equilibran, lo cual significa que hay menos nacimientos y menos fallecimientos, la tendencia es que la población comienza a envejecer.
Collinet Heredia continúa la entrevesta advitiendo que en América Latina la población está envejeciendo más rápido de lo que se esperaba y la expectativa para los próximos 40 años muestra que el número de habitantes mayores a 60 años representará casi el 25% de los habitantes de la región. Este proceso de envejecimiento es irreversible. El continente está atravesando profundos cambios de población, los cuales se ven reflejados en una disminución de la fertilidad y de las tasas de mortalidad infantil. Entre 1950 y el 2000, la proporción de la población mayor de 60 años aumentó del 5,5% al 8,8%. Para el 2050, se espera que esta proporción llegue al 23,6% de la población total del territorio. A grandes rasgos, esto representa un aumento, en el transcurso de un siglo, de 9 millones a 180 millones [de ancianos], según información publicada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL).
Al finalizar, la especialista señala que las finanzas de la familia se verán afectadas por el crecimiento de la población mayor. Para ello pone como ejemplo el caso de Brasil en donde “la contribución económica de integrantes adultos mayores en la familia es importante, representando un 53% del total de los ingresos por hogar en Brasil. Según las estadísticas del Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE) en 2007, de los 13,8 millones de habitantes mayores de 65 años, 84,4% recibía una jubilación o pensión. La distribución entre ellos era: 61,2% recibía un cheque de jubilación, 14,8% recibía una pensión y el 8,4% recibía ambas. Los beneficiados mayores representan un gran porcentaje de la población rural, un 88%, mientras que en las áreas urbanas representan un 83,6%. Otra situación que debe ser mencionada son los 2,5 millones de ciudadanos adultos mayores que viven en la pobreza, lo cual representa el 12,2% del total de la población anciana“.
América Latina ya no es ajena a los problemas del invierno demográfico que sufren los países desarrollados. El envejecimiento poblacional no es un mito de los países del primer mundo, sino una realidad de todos. En FADEP, hemos publicado noticias advirtiendo este fenómeno social que afecta todos los niveles y los gobiernos deben preocuparse por tomar medidas para contrarrestar este pobrema que afecta a la familia, la economía y a la sociedad en general.