Durante estos últimos meses se ha oído mencionar acerca de las políticas restrictivas de migración impuesta por algunas regiones de Estados Unidos, como las de Arizona, Alabama, Georgia o Carolina del Sur. Y mientras unos apuestan por la imposición de tales medidas, otros buscan en los inmigrantes la solución a sus problemas económicos y sociales.
Detroit, que en años anteriores fue la cuarta ciudad más grande de EE.UU., es una de las ciudades que desde hace decadas está perdiendo población. Entre 1950 y 2008, perdió más de un millón de habitantes, el 58% de su población. Una familia media tiene allí unos ingresos de unos 33.000 dólares, mientras que la media nacional está en torno a 52.000. Además, hay cientos de viviendas vacías dispuestas a ser ocupadas a bajo precio. Con este panorama, se entiende el interés de las autoridades de Detroit por reinventar una ciudad que casi parece fantasma.
Ante este panorama, esta ciudad esta buscando la forma de atraer a los inmigrantes. “Global Detroit” es el plan que reúne todos estos programas. Tres de ellos acaban de recibir recientemente una donación de 2,4 millones de dólares con la que se espera enseñar, en un plazo de tres años, a más de 600 inmigrantes pobres a crear sus empresas a través de microcréditos.
Global Detroit es un esfuerzo para revitalizar la economía del sudeste de Michigan mediante la aplicación de estrategias que fortalezcan las conexiones de Detroit al mundo y hacer que la región sea más atractiva y acogedora con los inmigrantes, internacionales y el comercio exterior y la inversión como un medio para generar empleo y crecimiento económico regional.
Dayton (Ohio) es otra ciudad cuya población está en declive. Desde 1970 ha perdido un 42% de su población, que según el censo de 2010 ha pasado a ser de 141.500 habitantes. La crisis económica ha golpeado duro a la ciudad, que soporta una tasa de paro cercana al 11%, dos puntos más que la media nacional. Se han perdido cientos de puestos de trabajo con el cierre en 2008 de una planta de la General Motors y el cambio de sede a Georgia de la empresa NCR, después de 125 años.
El programa de Dayton, se denomina “Welcome Dayton“, el cual además de incentivar la creación de empresas, pretende que los inmigrantes se integren cuanto antes en la ciudad. A los recién llegados se les facilita la vida de diversas formas: hay protocolos de bienvenida; cursos para preparar los exámenes de ciudadanía; intérpretes en los servicios sociales y sanitarios… Una de las iniciativas que más éxito ha tenido es un campeonato multicultural de fútbol para jóvenes.
Por último se encuentra la ciudad de Baltimore (Maryland), quien se encuentra dispuesta a acoger inmigrantes, sobre todo hispanos. Como primera medida para facilitar las cosas, la alcaldesa firmó una orden en la que prohíbe a la policía y a los responsables de las agencias sociales preguntar a cualquier persona sobre su estatus migratorio. Al igual que Detroit y Dayton, Baltimore lleva varios años ganándose a pulso la denominación de origen “immigrant-friendly city”.
Los inmigrantes son una solución a corto plazo, pero esta ciudades tambien deben buscan implementar políticas demográficas y revalorizar la familia y los hijos para aumentar su población. Como ya anteriormente hemos mencionado, estos problemas confirman que la población no es un factor negativo para el crecimiento económico, sino que por el contrario ayuda al desarrollo.
Fuente ACEPRENSA