El capital humano, así como la inversión en el mismo, es la verdadera fuerza detrás del desarrollo de cualquier sociedad. Cuando se habla de capital humano, generalmente se aborda como un valor económico y técnico, y se mide únicamente a través de resultados. Sin embargo, esta visión limita el poder tener un panorama amplio respecto al potencial que tienen las personas para aportar en el ámbito productivo (trabajo manual e intelectual, creatividad y resolución de problemas, etc).
El capital humano se cultiva, inicialmente, en el núcleo familiar. Este contexto, así como todas las experiencias que derivan del mismo, tiene la capacidad de sumar o restar habilidades (físicas, cognitivas, psíquicas, emocionales, etc.) en cada persona. Este punto es de suma importancia, y por esta razón es imprescindible crear los mecanismos y las herramientas para que los círculos familiares sean sanos y seguros para todos los niños, adolescentes y jóvenes. La familia es el lugar en donde se forjan los seres humanos, y del entorno familiar dependerá gran porcentaje del desarrollo integral de la persona.
Posteriormente, para poder fortalecer de manera efectiva al capital humano, se debe tomar en cuenta la capacidad y calidad educativa (pública y privada) que posee una sociedad. En un país como Guatemala, con altos índices de desigualdad y poca homogeneidad, es imperante prestar atención al tema educativo. La sociedad guatemalteca, tanto el sector público como el privado, deben prestarle atención, trazar una hoja de ruta y poner en marcha proyectos concretos, para avanzar en una agenda educativa integral. En este aspecto, también es importante tomar en cuenta la fórmula de trabajo en equipo entre maestros y padres de familia. Los aportes que se den en ambos núcleos se deben nutrir el uno del otro, y deben apoyarse en todo momento. Para esto, es importante la comunicación efectiva entre los actores involucrados.
La importancia de la familia y la educación en el fortalecimiento del capital humano es incuestionable, y es una pieza fundamental para el desarrollo de la sociedad y el crecimiento económico.
Guatemala no puede ni debe postergar más estos temas. Para poder alcanzar el objetivo de mejorar las condiciones de vida de los guatemaltecos y los índices de desarrollo del país, es primordial enfocarse en estos ejes: Especial atención a las familias guatemaltecas y sus dinámicas, apoyo a familias con o en situaciones problemáticas, cobertura de educación pre primaria, primaria, secundaria y técnica, fortalecimiento de habilidades específicas y programas de inserción laboral, etc.
Esperamos que el nuevo Gobierno avance con paso firme en esta transformación, Guatemala lo necesita.