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Cepal: Proyecto primer informe implementación Consenso Montevideo Población y Desarrollo (2018)

En el mes de agosto de 2013, 38 países miembros y asociados de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas aprobaron el Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo , el cual incluye más de 120 medidas sobre ocho temas identificados como prioritarios para dar seguimiento al Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD) de las Naciones Unidas, realizada en El Cairo en 1994.  Desde el 2013 a la fecha han habido avances en la región en esta materia, y en agosto de 2018 se presentó el primer informe regional sobre la implementación de dicho Consenso.

El informe presenta diferentes hallazgos, conclusiones y recomendaciones en cada una de las áreas abordadas:

 

  1.  Integración plena de la población y su dinámica en el desarrollo sostenible con igualdad y respeto de los derechos humanos
  2. Derechos, necesidades, responsabilidades y demandas de niños, niñas, adolescentes y jóvenes
  3. Envejecimiento, protección social y desafíos socioeconómicos
  4. Acceso universal a los servicios de salud sexual y salud reproductiva
  5. Igualdad de género
  6. La migración internacional y la protección de los derechos humanos de todas las personas migrantes
  7. Desigualdad territorial, movilidad espacial y vulnerabilidad
  8. Pueblos indígenas: interculturalidad y derechos
  9. Afrodescendientes: derechos y combate al racismo y la discriminación racial

Para cada área se presentan datos generales de la región latinoamericana y se dan a conocer también datos específicos de Guatemala y de los países vecinos.  A continuación algunos datos relevantes:

  • La desigualdad de ingresos en la región, si bien sigue siendo una de las más altas del mundo, continuó mostrando una tendencia a la disminución y pocos países registran un incremento en este ámbito.
  • En términos agregados, la región ha visto una reducción de la pobreza desde el año 2000.  Los países en los que se ha reducido la pobreza han realizado reformas en los sistemas de salud, los sistemas de pensiones y el sistema educativo, lo que pone de manifiesto la importancia de los programas de protección social en las áreas de salud, educación, vivienda e infraestructura básica, entre otras, y las acciones multisectoriales para reducir la pobreza y dotar de capacidades a las personas.
  • La dinámica de población ha ido cobrando cada vez más importancia para los Gobiernos. Esto se puede observar de manera más notoria en los informes nacionales, con relación a temas como los cambios en la estructura etaria, el envejecimiento de la población, la migración internacional, la urbanización y la migración interna.
  • Los países de la región realizaron múltiples acciones tendientes a mejorar las condiciones de vida de niños y adolescentes. De hecho, pese a la crisis económica, se redujeron la mortalidad en la niñez y el trabajo infantil, la educación básica alcanzó una virtual universalización, y los niveles de conclusión de la educación secundaria y terciaria también aumentaron.  Sin embargo, más allá de estas mejoras, las oportunidades educativas todavía son limitadas para una fracción muy grande de niños, niñas, adolescentes y jóvenes. En general, los niveles de conclusión de la educación secundaria aún son bajos entre niños y adolescentes, y solo una minoría logra ingresar a un nivel postsecundario. Desafortunadamente, en este tema Guatemala posee una de las tasas más bajas de conclusión de educación primaria y secundaria.

  • El envejecimiento poblacional es evidente, y en la actualidad, una gran parte de las personas mayores no tiene acceso a pensiones de vejez que les garanticen protección frente a los riesgos de pérdida de ingresos en la edad avanzada. Además, la cobertura de seguridad social de la población ocupada es muy desigual, lo que aumenta las posibilidades de desprotección económica para las generaciones futuras.  En el campo de los cuidados paliativos los avances son pocos y aún queda mucho por hacer.
  • En cuanto a salud sexual, el avance en la prevención y tratamiento del VIH/sida ha sido más lento de lo esperado.   El acceso a los método anticonceptivos ha aumentado aunque las tasas de embarazo adolescente siguen siendo altas en varios países de la región, poniendo de manifiesto que el dar acceso a anticonceptivos no es la solución real al problema.  Se registra un inicio demasiado temprano de la actividad sexual por lo que consideramos que debe invertirse en cambiar esta tendencia, proveyendo más oportunidades de desarrollo y ocio a la juventud.
  • Los indicadores muestran una mejora continua en el acceso a las consultas prenatales y al parto atendido por personal calificado, pero estos niveles elevados de acceso no son compatibles con la alta mortalidad materna presente en la mayoría de los países de la región. Dicha mortalidad está, en parte, vinculada a la calidad de los servicios que se brindan en el período prenatal y en el parto, pues aunque ya hay más acceso a la atención prenatal, la calidad ofrecida es deficiente.
  • Las personas afrodescendientes están presentes en todos los países de la región; sin embargo, salvo en unos pocos países, han estado invisibilizadas en las agendas públicas. De allí la gran relevancia de su inclusión explícita en el Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo. En este contexto, en los últimos años los países han avanzado, aunque en distintos grados, en la creación de marcos normativos e institucionales para el combate a la discriminación racial, así como en la realización de acciones afirmativas y la aplicación de políticas de inclusión con enfoque étnico-racial.

Es importante profundizar en los hallazgos de este informe pues constituyen una herramienta para emprender un camino que nos lleve a un mejor desarrollo. Si queremos alcanzar resultados distintos, es necesario hacer cosas distintas. Se necesita no solo buscar aumentar los años de escolaridad, sino asegurar la calidad de la enseñanza; no fijarse únicamente en la asistencia prenatal, sino invertir en la calidad de los servicios ofrecidos; proveer espacios de ocio a las familias para promover su unidad, pues son quienes en muchas ocasiones cumplen la función de cuidado de las personas de la tercera edad. En general, recordar que para alcanzar el desarrollo no se necesita limitar el crecimiento poblacional, sino que es necesario invertir en la población para lograr un mejor capital humano.

Para mayor información, accede al informe en la sección de Demografía en nuestro Centro de Documentación.