A finales de agosto de 2012, el Instituto Nacional de Estadística (INE) de Chile publicó las cifras del censo realizado entre los meses de abril y junio 2012. Los datos indican que en dicho país habitan más de 16,5 millones de personas, con una disminución de la tasa promedio anual de crecimiento de la población en la última década de 0,3%, que confirma una tendencia al decrecimiento demográfico en los últimos 30 años, situando a Chile en el quinto lugar dentro de los países de menor crecimiento en América, después de Cuba, Uruguay, Brasil y Argentina.
Según el director del INE, Franciso Labbé, “en Chile está ocurriendo algo histórico, producido principalmente por el desarrollo y los cambios en los comportamientos de las personas. Hoy, por ejemplo, las mujeres no quieren tener hijos a los 25 años y los jóvenes se casan más tarde. Eso hace que las tasas de natalidad caigan fuertemente“.
Uno de los problemas que ya está enfrentando Chile es el envejecimiento de su población, pues el número de habitantes de la tercera edad es cada vez mayor gracias a tasas de esperanza de vida muy altas. Lo anterior pronóstica un futuro complejo ya que la población económicamente activa se reducirá y tendrá que mantener a un alto número de habitantes mayores, comenzando así los desafíos que ya muchos países de Europa y Asia están enfrentando.
Chile debe comenzar a tomar medidas para contrarrestar este problema y lograr mejorar las condiciones de vida de los ancianos. Al mismo tiempo es importante propiciar una cultura de familia que vea a los hijos como una oportunidad y como algo positivo, y no como un freno para la felicidad y calidad de vida.