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Cohabitación vs. Matrimonio: Beneficios y riesgos a largo plazo

o-LIVING-TOGETHER-ADVICE-facebook En un reciente blog de Terry Gaspard para The Huffington Post, la autora aborda la temática del matrimonio vs. cohabitación (o convivencia). Terry explica que cuando se trata de bienestar emocional, los jóvenes adultos – especialmente las mujeres – parecen tener un aumento del mismo tanto en la cohabitación como en el matrimonio, según datos recogidos por Sara E. Mernitz y Clair Kamp Bush, co autores de un reciente estudio realizado en la Universidad Estatal de Ohio. El hallazgo más sorprendente del mismo es que las mujeres parecen beneficiarse más que los hombres de la cohabitación.

La cohabitación – vivir juntos sin el compromiso del matrimonio – va en aumento. Actualmente, en Estados Unidos alrededor de dos tercios de las parejas  viven juntos fuera del matrimonio, con lo cual la cohabitación ya no lleva el estigma que solía llevar. Esto podría pensarse que  es una liberación para la mujer, permitiéndole disfrutar de la compañía de su pareja diariamente y probablemente gozando de los beneficios financieros de compartir una vivienda.  Pero vale la pena ahondar en el tema y preguntarse ¿qué pasa con la estabilidad de las parejas que cohabitan?

Según Scott Stanley, en “Is Living Together All it’s Cracked Up To Be?”, los hallazgos de Mernitz y Kamp Bush pueden ser engañosos. Stanley postula que no es de extrañar que las parejas que cohabitan experimenten un aumento en el bienestar emocional, ya que las parejas que conviven o cohabitan pasan más tiempo juntos (y tal vez tienen más sexo) lo cual puede incrementar el bienestar emocional. Sin embargo, Stanley, distinguido experto en familias, concluye que el estudio de Mernitz y Kamp Busch no puede hablar sobre las diferencias a largo plazo entre la cohabitación y el matrimonio, ya que se basa en mediciones en un incremento de dos años, y no en una tendencia a lo largo del tiempo. Por ejemplo, en dicho estudio no se analiza la calidad de la relación de las parejas en transiciones como tener hijos.

Aunque un número creciente de individuos reportan un menor estigma social sobre la cohabitación, muchas de las personas que Gaspard ha orientado le han realizado preguntas claves con respecto a la temática: ¿la convivencia/cohabitación llevará al matrimonio? ¿aumentará el riesgo de ruptura o divorcio?

Como era de esperar, no hay respuestas fáciles a estas preguntas. Pero una cosa es cierta, los investigadores han descubierto que antes de decidir irse a vivir con alguien, es muy importante que ambos están en la misma página. El Dr. John Curtis, autor de Felizmente Soltera y consejero matrimonial y familiar, escribe sobre la importancia de las discusiones en pareja sobre las expectativas personales, antes de irse a vivir juntos. Afirma que la diferencia fundamental entre el hombre y la mujer según un reciente estudio de RAND es que muchas mujeres ven la convivencia como un paso hacia el matrimonio, mientras que muchos hombres lo ven como una prueba de manejo.

Un fenómeno común, de acuerdo con Meg Jay, autor de “The Defining Decade: Why Your Twenties Matter,” es el concepto de “deslizar y no decidir” irse a vivir juntos. Lo que esto significa es que una pareja puede pasar por alto las discusiones acerca de por qué están cohabitando y poco a poco empezar a pasar la noche juntos – hasta finalmente irse a vivir juntos. Jay afirma que es crucial sentarse con su pareja y aclarar las expectativas personales sobre el futuro, desde el principio de la relación, sobretodo si tienen deseos de permanecer en una relación comprometida.

Gaspard afirma que es cierto que hay parejas casadas, que no vivieron juntas antes, que terminan en divorcio. Como también es cierto que hay quienes viven juntos, se casan, y son absolutamente felices por el resto de sus vidas y nunca contemplaron una ruptura. Sin embargo, un reciente estudio de la Rand Corporation demuestra que las parejas que cohabitan tienen menos seguridad acerca de la permanencia de sus relaciones que los que están casados; reportan menores niveles de compromiso total con su pareja, especialmente si son varones. Los resultados de este estudio muestran también que las relaciones de cohabitación se asocian con niveles más bajos de cercanía, amor y satisfacción en la dimensión de la intimidad.

El hecho que la convivencia hoy en día sea más aceptada a los ojos de la sociedad no la convierte en algo bueno ni en el modelo que los jóvenes deben seguir.  Es importante que los jóvenes conozcan las consecuencias a largo plazo y no busquen únicamente el bienestar temporal pues podrían estar comprometiendo su felicidad futura y la de sus hijos.

Puede leer el texto completo, en inglés, aquí.