La violencia sexual infantil, definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la utilización de un niño, niña o adolescente en una actividad sexual que no comprende, para la cual no está en capacidad de dar su consentimiento y no está preparado por su desarrollo físico, emocional y cognitivo; es más común de lo que se considera, por lo que es imprescindible el conocimiento de los factores de riesgo sociales, culturales y familiares que la propician. De igual manera, es necesario fomentar medidas de prevención para atender las necesidades de seguridad de los menores en su vulnerabilidad.

Algunas acciones preventivas para evitar situaciones de riesgo en los niños y adolescentes para tomar en cuenta:

1. Fomentar una buena comunicación familiar de manera cotidiana; compartiendo y dialogando con sus hijos para mostrar una actitud cercana y crear un ambiente de confianza con ellos. Además de escuchar lo que quieran compartir; ellos deben saber que pueden acudir a sus padres en cualquier situación.
2. La participación activa y responsable del padre y madre en el cuidado y educación de sus hijos desde el momento de su nacimiento es primordial para desarrollar un ambiente familiar sano en el crecimiento de los hijos.
3. Desde temprana edad, es importante enseñar a los hijos a diferenciar una situación agradable de una que no lo es; así mismo a distinguir un contacto apropiado de uno que no les haga sentir cómodos. Ellos deben saber reconocer la privacidad de las zonas íntimas de su cuerpo y deben comentar cualquier situación que involucre un contacto desagradable de un adulto de confianza.
4. Es importante enseñar a los hijos a no guardar secretos, ya que una situación de abuso sexual suele prolongarse porque se mantiene en secreto por manipulación del abusador. Se debe enseñar a los niños a compartir cualquier tipo de situación con sus padres, aún las desagradables.
5. Dialogar con sus hijos sobre los riesgos existentes en la tecnología actual; se les debe prevenir sobre conductas que ponen en peligro su integridad y seguridad como compartir datos personales, difundir imágenes privadas o arreglar encuentros con desconocidos.
6. No subestimar, dudar ni cuestionar una situación de riesgo relacionada a un potencial abuso sexual que su hijo les comparta; al contrario, hacerle saber que actúa correctamente en compartirlo y que sus padres harán cuanto esté en sus manos para protegerle.
7. En una situación de riesgo sobre abuso sexual se debe consultar a un profesional competente para que dé seguimiento tanto psicológicamente como en la denuncia a la institución encargada.

Además de las medidas de prevención de violencia sexual mencionadas, es apropiado destacar la importancia de la familia; ya que es en un ambiente familiar estable y fundamentado en un matrimonio donde los niños crecen de manera propicia con menores riesgos de cualquier tipo de violencia; como lo ha demostrado la evidencia en estudios como Broken Homes and Battered Children, Family Education Trust, 1994, “Un niño que convive con solamente uno de sus padres biológicos, tiene 33 veces más probabilidades de sufrir abuso físico que un niño que vive con ambos padres biológicos unidos en un matrimonio estable”.