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Desafíos poblacionales de Guatemala: “más allá de las infinitas posibilidades”

El informe titulado “Guatemala, un país de infinitas posibilidades”, presentado por el Fondo de Poblaciones Unidas (UNFPA), destaca los cambios demográficos, migratorios y territoriales que han moldeado la realidad guatemalteca en las últimas décadas. Sin embargo, a pesar de su título optimista, el documento arroja luz sobre una serie de problemáticas estructurales que siguen aquejando a la nación.

Para que Guatemala sea un país de infinitas posibilidades debe garantizar a sus ciudadanos una vida de calidad; acceso a educación, salud, oportunidades laborales y la oportunidad de vivir en una familia estable que se desarrolle en una comunidad segura.

El informe se centra en los grupos más excluidos, discriminados y marginados de la sociedad guatemalteca. Afirma que la situación del mercado laboral guatemalteco se caracteriza por altos niveles de informalidad, bajos ingresos laborales y una participación femenina inferior a la masculina. Sin embargo, esta diferencia en cuanto a la participación de la mujer en el mercado laboral, no es del todo negativa. Algunas mujeres no trabajan fuera del hogar por decisión personal, ya que prefieren quedarse a cargo de la crianza de los hijos. El informe destaca un ligero aumento en la tasa de participación femenina en los últimos años, lo cual abre la oportunidad a que más mujeres puedan optar a empleos.

Los trabajos informales, especialmente prevalecen en sectores como la agricultura, el comercio y la industria, contribuyendo a mantener bajos los ingresos promedio y a perpetuar los ciclos de pobreza en la población guatemalteca. Esta situación se ve agravada por la baja calidad y cobertura educativa, que limita las oportunidades de acceso a empleos formales y bien remunerados.

En cuanto a la pobreza y la desigualdad, los últimos datos oficiales registrados por el informe son alarmantes. Con más del 59% de la población en situación de pobreza, y una cobertura limitada de protección social tanto contributiva como no contributiva, Guatemala enfrenta una crisis que no puede ser ignorada.

Según el informe, el país experimentó un crecimiento importante de su población desde mediados del siglo XX, pasando de 3.1 millones en el año 1950 a 16.3 millones de personas en 2018. Además, proyecta que Guatemala supere los 22 millones de personas para el año 2050.

Esto quiere decir que el crecimiento poblacional se reducirá cada vez más e incluso podría alcanzar un crecimiento nulo para la segunda mitad del siglo XXl. El informe detalla que la principal causa se debe a la caída sostenida de la fecundidad de 5.5 a 2.7 hijos por mujer entre 1990 y 2018. Para 2030 se espera que la tasa de fecundidad por mujer sea de 2.1 hijos.

Esta disminución de fertilidad y el aumento de la esperanza de vida, implica una reducción gradual de la base de la pirámide poblacional. Durante los siguientes años la proporción de personas jóvenes y adultas aumentará, engrosando las edades centrales de la pirámide. La población de edades más avanzadas, ubicada en la parte superior, también irá en aumento, pero su crecimiento será más lento.

Algunos piensan que esta reducción del crecimiento poblacional es el camino correcto hacia un mayor desarrollo.  Sin embargo, esto no es necesariamente verdad.  En Guatemala la pobreza no se debe a que las familias tengan muchos hijos.  Si las condiciones de salud, infraestructura y educación no mejoran, las familias tendrán menos hijos y serán igualmente pobres.

Además de los problemas socioeconómicos, el informe también señala desafíos en términos de infraestructura y resiliencia frente a desastres naturales. La falta de una red vial adecuada y moderna, junto con la recurrente exposición a desastres naturales, obstaculiza el desarrollo económico y social del país.

El informe del UNFPA sobre la situación de la población en Guatemala es una llamada a la acción. Si el país quiere convertir sus “infinitas posibilidades” en una realidad tangible para todos sus ciudadanos, debe abordar de manera decidida y coordinada los desafíos estructurales que obstaculizan su desarrollo.