El 1 de junio de 2012, Nicholas Eberstadt y Apoorva Shah, investigadores del American Enterprise Institute (AEI) publicaron un estudio en Policy Review de Hoover Institution (institución que depende de la Universidad de Standford) sobre la fuerte caída demográfica que están atravesando los países musulmanes.
Hasta hace poco se hablaba del empuje demográfico del mundo islámico. Sin embargo, ya está enfrentando un fuerte descenso de la fecundidad y, al parecer los científicos y políticos no le han dado la importancia que merece.
Según algunos de los estudios que han medido el volumen de la población musulmana, esta representa entre un 22% y un 24% de la población mundial. Un 10% de los musulmanes viven en la India, que es ya el tercer país de población musulmana en números absolutos, solo por detrás de Indonesia y Pakistán, y por delante de Bangladesh, Egipto, Nigeria (el único representante de África entre los primeros puestos) Irán y Turquía. Entre un 75% y un 80% de los que profesan la religión islámica viven en 49 países donde ésta es mayoritaria, y en 40 de ellos, los musulmanes representan más del 90% de la población.
De acuerdo con los datos de la UNPD, en 48 de los países islámicos la fecundidad descendió en los últimos 30 años una media de 2,6 nacimientos menos por mujer, frente a los –1,3 a nivel mundial y los –2,2 de los países menos desarrollados. El sur y este de Asia fueron quienes sufireron más gravemente este descenso. Por otr parte, a nivel mundial, 6 de las 10 caídas de la fecundidad más pronunciadas desde que se tienen datos (años 50) corresponden a estados mayoritariamente islámicos, y cuatro de ellos árabes: Omán, Kuwait, Argelia y Libia.
Los autores del estudio señalan cuatro posibles efectos del descenso de la fecundidad en los países musulmanes.
1. En unos años, muchos de estos países experimentarán una caída en el número de personas en edad de trabajar, con lo que suponen el freno al desarrollo económico. Según las predicciones de la Oficina del Censo de EE.UU., 14 estados de mayoría islámica empezarán a perder fuerza laboral antes de 2050.
2. El envejecimiento de la población de estos países podría plantear un problema mayor al que supone en las regiones más desarrolladas. En estas zonas, la cultura del Estado del bienestar y la mejor situación económica han permitido mitigar los efectos de la baja fecundidad, algo que difícilmente sucederá en la mayor parte de los países musulmanes.
Este escenario demográfico que enfrenta el mundo islamico es una realidad que implica nuevos retos para estos países y la búsqueda de soluciones para las consecuencias que pueden sobrevenir. Una vez más queda descartada la idea que para lograr una mayor riqueza, es necesario que las familias tengan menos hijos. Muchos páises enfrentan el envejecimiento poblacional y ello supone enfrentarse a un crisis económica de la cual es muy difícil salir si continúan implmentandose políticas de control natal.
Fuente: Aceprensa