En su edición de agosto, la revista Perspectiva publicó un artículo sobre el impacto de la migración y las remesas en las economías de los países latinoamericanos.
Ciertamente los inmigrantes se ven afectados por la crisis mundial y eso dificulta su capacidad de enviar dinero a su país de origen: en el 2009 se tuvo una reducción de 8% en el envío de remesas debido a la pérdida de empleos, reducción de ingresos y disminución de las migraciones. “Según un análisis de la tendencia de las transferencias de remesas hacia América Latina y el Caribe, se calcula que disminuirán de US$69.000 millones en el año 2008 a US$63.500 millones en el 2009.” Esta disminución viene después de un aumento de 1% en el envío de remesas para el año 2008, y sin duda es algo duro ya que para los migrantes sus obligaciones para con sus familias siguen siendo muy importantes.
El impacto de esta reducción de las remesas es mayor en los países que dependen más de las remesas en términos per cápita o de ingresos. Algunos países ejemplos de este caso son República Dominicana, Haítí, Nicaragua y Paraguay. Estos países dependen considerablemente de sus emigrantes, ya que 60% de la población tiene un familiar en el extranjero y casi la mitad de estos hogares recibe remesas. Adempas, el flujo agregado de estas transferencias suma un mínimo de 15% del PIB.
El artículo de la revista también da a conocer que, según una encuesta realizada en algunos países de Estados Unidos, los migrantes afirman tener miedo y preocupación por el futuro. Sentimientos estos que se trasladan a las familias de los migrantes ante la preocupación de recibir menos dinero. De los migrantes que participaron en la encuesta, solo 4.4% había perdido su empleo y el 80% afirmó que no esperan que un pariente se traslade a Estados Unidos en el próximo año.
La disminución en el crecimiento de remesas coincide con las declaraciones de los emigrantes sobre sus hábitos de transferencia de remesas. Cuando en el 2008 se les preguntó si estaban enviando más, menos o la misma cantidad de dinero que en 2007, la mayoría de los encuestados (84%) respondió que estaba mandando la misma cantidad. Sin embargo, entre 2008 y 2009 45% de los encuestados envía menos dinero que en 2008 y 49% manda el mismo monto, mientras solamente 6% envía más. Las causas más importantes de esta tendencia son menos ingresos por la falta de trabajo o la inhabilidad de trabajar suficientes horas (32,4%), seguidas por la situación económica y la crisis (23,2%).
Al final del artículo se proponen algunas estrategias para hacer frente a esta situación y ante todo, tomar en serio las migraciones y las remesas.