La familia es reconocida como la primera sociedad humana, la cuna de formación para todos los individuos. Es el lugar en el cual el ser humano aprende – para bien o para mal –  todo lo que le servirá en un futuro para desarrollarse de manera integral. Es el lugar donde se transmiten y aprenden los valores fundamentales para la vida en sociedad. Es un espacio que debe promover la dignidad y los derechos.

Actualmente la familia es blanco de toda una cultura que promueve la inestabilidad a nuestro alrededor, desde el individuo hasta la sociedad, provocando una crisis en el ser humano que se ve reflejada directamente en el curso que está tomando el mundo en muchos ámbitos. Hoy, como seres humanos que velamos por el bien común, debemos buscar promover la familia como el principal  custodio del amor humano, quien debe revelarlo y comunicarlo a cada individuo. Tanto los padres como las madres de familia, primeros educadores en la vida de un niño, son los encargados de velar por el desarrollo integral de sus hijos – físico, emocional y espiritual – para que el día de mañana puedan crecer y madurar de la mejor manera posible.

Desde su creación por San Juan Pablo II, en 1994, el Encuentro Mundial de las Familias ha fortalecido los vínculos sagrados de familias en todo el mundo. Cada Encuentro Mundial de las Familias tiene un tema que energiza y da vida al evento, al tiempo que añade una gran profundidad al significado y a nuestra comprensión de las familias. El tema del Encuentro Mundial de las Familias – Filadelfia 2015 es “El amor es nuestra misión: La Familia Plenamente Viva”, haciendo hincapié en el impacto del amor y la vida de las familias en nuestra sociedad.

Filadelfia nos espera con los brazos abiertos, como decía San Juan Pablo II: “Familia: ¡sé lo que eres!”

Las familias de hoy forman la sociedad del mañana.

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