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El debate sobre la edad de jubilación en América Latina

El envejecimiento poblacional es un tema sobre el cual hemos publicado constantemente, pero, ¿a qué se refiere?

La población mundial se encuentra en un proceso de envejecimiento, es decir, se evidencia un significativo aumento en el número y la proporción de personas mayores en todas las regiones del mundo. Este proceso ha avanzado a pasos acelerados en las últimas décadas debido al decrecimiento de las tasas de natalidad y al aumento  de la longevidad. Según la Organización Mundial para la Salud, entre el año 2,000 y el 2,050, la proporción de los habitantes del mundo mayores de 60 años se duplicará, aumentando de 605 millones a 2,000 millones en el transcurso de medio siglo.

La región de América Latina experimenta un envejecimiento acelerado de su población; desde 1,975 al 2,017 la población mayor de 65 años en la región, creció paulatinamente hasta duplicarse. Actualmente, 8% de la población iberoamericana es mayor de 65 años, superando ya los 50 millones de personas. Por el contrario, la población juvenil se encuentra en disminución: en 1,975 40% eran menores de 15 años; actualmente, el estimado es de 25%.

¿Qué representa para el sistema laboral el crecimiento de la población mayor?

Actualmente, en la región latinoamericana se experimenta un descenso en el ritmo de crecimiento de la población en edad de trabajar y un aumento de la población mayor laboralmente activa. Lo que se traduce en una tendencia ilustrada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) de reducción de índices de retiro temprano de la fuerza laboral y aumento en el nivel de actividad de los adultos mayores. Estos aspectos están acompañados, además, del nuevo paradigma en relación al envejecimiento de la población que destaca la necesidad de un “envejecimiento activo”.

Lo anterior ha fomentado la discusión sobre la exigencia de modificar políticas públicas y adecuarlas a un contexto determinado por la prolongación no sólo de la expectativa de vida, sino también del desempeño laboral; específicamente se han propuesto iniciativas con el objetivo de aumentar la edad jubilatoria en diferentes países latinoamericanos. En el caso de Argentina, un reciente informe publicado por la Administración Nacional de Seguridad Social, mostraba que anualmente, 50,000 personas continúan trabajando a pesar de cumplir la edad legal de jubilación (60 años para las mujeres y 65 para los hombres). En Brasil, se instauró, el año pasado, una edad mínima de retiro laboral, 62 años para las mujeres y 65 para los hombres. Para Guatemala, la edad de retiro para hombres y mujeres es actualmente de 62 años.

Además, no sólo habrá una mayor cantidad de población mayor en las próximas décadas en la región latinoamericana,  sino que la velocidad del envejecimiento en América Latina será muy superior al proceso observado en Europa, donde la población de más de 65 años pasó de representar el 8% al 16% de la población europea en 56 años. Según las proyecciones de población de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), esta proporción de población mayor sera alcanzada en tan sólo 24 años en América Latina. En los datos incluidos en el estudio Determinantes del Crecimiento Económico, Población y Familia: El caso Guatemala realizado por FADEP en 2007, cabe resaltar, se proyectaba dicho acelerado proceso de envejecimiento en países latinoamericanos. específicamente en Guatemala.

La propuesta de aumentar la edad de retiro laboral sin embargo, de ser impulsada, debe considerar diferentes aspectos.  Un aspecto clave es que  esta iniciativa debe plantearse progresivamente, es decir, así como se ha implementado en países europeos, la edad de jubilación debe incrementarse paulatinamente, por ejemplo, aumentando en 6 meses la edad de retiro cada año y así sucesivamente. Por último el cambio en la edad legal de jubilación no debe aplicarse a toda la población económicamente activa, sino a aquellos que recién ingresan a la población en edad de trabajar o a los menores de 40 años, excluyendo a aquellos que estén cerca de de la edad de retiro establecida previamente.

La modificación de mecanismos sociales, laborales, culturales y políticos es ya una necesidad que debe afrontarse en un contexto demográfico cambiante en la región, el aumento de la edad de jubilación es solamente una de muchas medidas que deben adaptarse a una población en proceso de envejecimiento y que deben comenzar a plantearse para su beneficio.