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¿Hacia una crisis global de las pensiones?

Presentamos un E-book que recopila las intervenciones de varios expertos en la I Conferencia Internacional sobre Longevidad y Pensiones que tuvo lugar en Madrid en 2015.  Si bien no es una publicación reciente y no incluye datos de la región latinoamericana, presenta varios datos interesantes a conocer.

Por ejemplo, todos sabemos que la esperanza de vida ha aumentado, incluso hoy en Japón hay  2300 personas con 105 años o más, cosa que era imposible que ocurriera hace 1 siglo. El experto  Nicholas Barr, en su discurso, hace ver que solemos hablar del “problema del envejecimiento”, cuando realmente deberíamos hablar del “problema del retiro temprano”; el hecho que hoy en día las personas vivan vidas más largas y saludables no es un problema, sino en todo caso el gran triunfo del bienestar del sigo XX.  Así pues, el problema no es que las personas estén viviendo mucho, es que están dejando de trabajar muy pronto. Aquí un ejemplo dado por Barr:

“Un británico que se jubiló en 1950 había asistido a la escuela un promedio de 14 años, luego contribuyó durante 53 años hasta que se jubiló a la edad promedio de jubilación de 67 años y un británico de 67 años en 1950 tenía en promedio 11 años de vida restante.  Un británico que se retiró hace unos 10 años había estado en la educación un poco más, 16 años, luego contribuyó durante unos 48 años hasta la edad promedio de jubilación de 63 años. Un británico de 63 años de edad tenía una esperanza de vida restante de 20 años.

Lo que esto indica es que el hombre que se había retirado en 1950 había contribuido trabajando aproximadamente 5 años por cada año de jubilación, mientras que el que se retiró en 2004 contribuyó con aproximadamente 2.5 años por cada año de jubilación”.

Al decir que el caso del “problema del retiro temprano” no es la realidad de Guatemala, vale la pena aclarar que esto no se debe a que no tengamos el “problema del envejecimiento”. En Guatemala, y en muchos países en Latinoamérica, el sistema de pensiones funciona escasamente y una gran parte de la población trabaja en el sector informal de la economía, lo que implica que no gozará de jubilación.  Sin embargo, lo que si compartimos con los países europeos, aunque a una menor escala, es la realidad de un país que se envejece:  la esperanza de vida ha aumentado -lo cual es positivo- pero la base de la pirámide poblacional empieza a angostarse por la relación asimétrica con la disminución paulatina en la tasa de natalidad.

Es importante ponerle atención a este tema para no llegar a las graves consecuencias de un país envejecido con un sistema de pensiones que no funciona.  La familia aquí juega un papel clave al dar manutención, cuidado y cariño a las personas de la tercera edad que en su momento hicieron lo mismo por los más jóvenes de su familia.

Acceda al e-book en nuestro Centro de Documentación para encontrar más datos relevantes sobre este tema.