Desde que FADEP inició, hace ya casi 10 años, hemos advertido de la decadencia poblacional que muchos países desarrollados están atravesando y el problema que ello implica para el desarrollo social. Asimismo, hemos ido viendo como páises en vías dedesarrollo no se encuentran para nada alejados de este problema.
En España recientemente se publicó una noticia alarmante que indicaba que la población de 25 a 50 años se reducirá en un 40% en sólo 15 años. Ante ello la fundación REDMadre insiste a los políticos que consideren el papel de la maternidad como bien personal y social.
En España hay cada año un déficit de unos 250.000 nacimientos respecto de los necesarios para asegurar la sostenibilidad de la población. La tasa de fecundidad es de 1,27 hijos por mujer (2013) tasa que no asegura el reemplazo generacional. El informe relata que cada nueva generación tiende a ser un 40% menos numerosa que la anterior y, mientras tanto, en España hay más de 100.000 abortos al año.
Amaya Azcona, directora de la Fundación insta a los gobernantes a desarrollar políticas activas donde se tengan en cuenta los factores sociales, económicos, culturales, laborales, emocionales (entre otros) que impiden a las familias tener los hijos que les gustaría tener.
El informe del Senado hace suyas las soluciones que propone Alejandro Macarrón, experto demógrafo y autor del libro «El suicidio demográfico de España»: la primera de ellas sería sensibilizar a la población y a los líderes sociales de la magnitud del problema que afecta a la sociedad en su conjunto pero también a la vida personal. Se trataría de crear un clima favorable a la maternidad».
La segunda sería dar al problema «la (alta y estratégica) prioridad que se merece. Como tercera medida proponen estudiar la cuestión y las posibles soluciones, con rigor y sin prejuicios partidistas, ideológicos y religiosos (en España estos prejuicios han influido en la política familiar durante décadas). La cuarta solución iría encaminada a compensar a los padres por el esfuerzo de la crianza y reconociendo su aportación social. También se plantea un apoyo concreto a las mujeres embarazadas independientemente que sean o no trabajadoras; y por último, sería muy importante, según el informe del Senado, concienciar y apoyar a los jóvenes a iniciarse en la maternidad/paternidad en una edad más temprana (se está teniendo el primer hijo alrededor de los 31 años), para ello habría que modificar nuestros planes de estudio y el tardío acceso de los jóvenes españoles al mercado laboral».
Es necensario que los países tomen en cuenta estos cambios demográficos al momento de crear políticas públicas y programas de gobierno, pues el envejecimiento poblacional es una realidad vigente que puede afectara su economía. Asimismo advertir de las consecuencias catastróficas de la disminución poblacional que significará para aquellos países en vías de desarrollo. Es necesario continuar alentando una maternidad y paternidad y ante todo de forma responsable.