Tras la suspensión, en mayo del 2010, del bono de 2,500 euros que recibían las familias españolas por el nacimiento de un nuevo hijo, y que ha entrado en vigor el 1 de enero de 2011, España ocupa el último lugar dentro de los países que conforman la Unión Europea en políticas de ayuda y protección a la familia.
El argumento por parte del gobierno del presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, para eliminar esta ayuda económica, se basa en el compromiso de este país con el resto de Europa de recortar el gasto público debido a la crisis económica. Meses antes el Presidente Zapatero había prometido que las ayudas a la natalidad no se tocarían.
El Presidente del Instituto de Política Familiar, Eduardo Hertfelder, denunció en un comunicado del 30 de diciembre que la decisión del gobierno de eliminar el llamado “cheque-bebé” expone la profunda insensibilidad y desprecio del régimen socialista hacia la familia.
Para Hertfelder, es necesario que se dé un cambio de rumbo ya que “las ayudas a la familia son la ayuda social más básica y necesaria para una sociedad. Es la familia la que está soportando el entramado social e impidiendo una crisis social de consecuencias incalculables”.
En una encuesta online realizada por el diario español 20minutos.es, el 71% de los participantes consideraron no acertadas las medidas adoptadas por el presidente español, debido a que perjudican a las madres.
La familia es el núcleo fundamental de la sociedad y como tal desempeña diversas funciones sociales, por lo que es importante que las políticas familiares vayan encaminadas a su protección. Esta medida es una muestra de la cultura antinalista que impera en la sociedad actual.
El Estado está obligado a dar solución a los problemas económicos, políticos y sociales sobre la base de la protección y defensa de la familia, y no buscar solucionar aquellos, perjudicando a la institución familiar.