El 2 de septiembre, Carroll Ríos de Rodríguez, miembro de la Junta Directiva de FADEP, presentó el documental Demographic Winter. Presentamos un extracto de su exposición.
“Las ideas tienen consecuencias,” solemos decir. Unos conceptos tienen más impacto que otros, y por desgracia no siempre son aquellos que se corresponden con la realidad.
Un buen ejemplo es la idea según la cual la población humana crece en progresión geométrica mientras que los medios de subsistencia lo hacen en progresión aritmética, hipótesis que data desde por lo menos 1798, cuando Thomas Malthus publicó su Ensayo sobre el principio de la población. El maltusianismo fue cuestionado desde el primer momento por académicos de prestigio, como Adam Smith. Los contraargumentos al neomaltusianismo reciente, elaborados por autores de la talla de Julian Simon y Gary Becker (Premio Nobel, 1992), suelen descartarse como optimismo excesivo, mientras persiste un sobrecogedor temor a la sobrepoblación.
Es un temor infundado. Eso concluye el destacado e internacional elenco de sociólogos, economistas, demógrafos, antropólogos, psicólogos y tecnócratas entrevistados en la documental Demographic Winter. Aparecen en la documental como lo que son: personas aterrizadas, científicos honestos, buscadores de la verdad. Y los datos que reportan no caben en la mente maltusiana: algunos de nosotros, y la generación que nos sigue, seremos testigos de un proceso de despoblación y de envejecimiento poblacional. La documental presenta los hechos, así como sus posibles causas y efectos. El proceso ya va adelantado en Europa, Japón, Estados Unidos y Canadá, pues allí las tasas de fertilidad se ubican por debajo de la tasa de reposición de la población de 2.1 hijos por mujer.
Algunos guatemaltecos podríamos encogernos de hombros, pensando que es una enfermedad del primer mundo. Sin embargo, dichas tendencias repercuten en nuestro bienestar socio-económico, debido a la interdependencia de nuestras economías y la emigración. Además, patrones similares son observados también en América Latina, África y Asia, con el agravante que nuestras pirámides poblacionales se están invirtiendo con mayor celeridad.
El término invierno demográfico dibuja una imagen mental del fenómeno. Existen ya 59 países, abarcando el 44% de la población mundial total, con tasas de fertilidad por debajo de la tasa de reposición. En tan sólo cincuenta años, los nacimientos en el mundo se redujeron a la mitad. El demógrafo Philip Longman afirma: “El continuado descenso en las tasas globales de natalidad es la fuerza más poderosa que afecta el destino de las naciones y el futuro de la sociedad en el Siglo XXI.”
Es imperativo hacer ver esta realidad a la opinión pública, a los intelectuales y a los formuladores de políticas públicas. Debemos contribuir a desmentir el paradigma de la sobrepoblación, que fundamentó las vergonzosas políticas de eugenesia y esterilización coercitiva, entre otras. Se deben replantear esquemas omnipresentes como el seguro social. Todo ello sin caer en el fatalismo ni en el determinismo, pues las personas somos capaces de admitir nuestros errores, reencauzar nuestra creatividad y revertir tendencias nocivas.