Recientemente estuvo de visita en Guatemala el demógrafo Gillem Gortuny, oficial de censos de la oficina regional para América Latina y el Caribe del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), y fue entrevistado por Mirja Valdés, de El Periódico. Reproducimos algunos fragmentos de esa entrevista:
-El demógrafo francés Hervé Le Bras dijo “no hay fundamento científico para afirmar que la población actual es demasiada”.
-No importa el número o la cantidad de personas que habitan en este planeta sino la calidad de vida que tengan.
-En la región [Latinoemérica] hay tres fenómenos: la urbanización, el tema de la distribución espacial (vinculado a dónde están yendo los asentamientos precarios), y el envejecimiento. Empezamos a tener ya poblaciones sumamente envejecidas en Uruguay, Argentina y Cuba, comparables con países europeos. Están casi por el nivel de fecundidad de reemplazo, 2.1 hijos. Guatemala no, pero a lo mejor en unos 30 ó 35 años.
-Yo soy de España, un país de viejos y no creo que esto sea motivo de orgullo, es sólo nuestra realidad. Que haya avances en la salud y en la esperanza de vida sí que es un motivo de orgullo, ahora que a largo plazo no haya reemplazo, ¿qué pasará en términos productivos? ¿Dónde está su fuerza laboral y quién va a garantizar la protección social de todas estas personas? En Uruguay, por ejemplo, tienen menos población activa y cada vez más población jubilada, mayores de 65 años. Estos países han empezado a establecer sistemas de protección social, a hablar de pensiones. Este escenario puede parecer distante en el caso de Guatemala, pero es a lo que la ciudadanía y el país debe aspirar.
-En países como Guatemala, con una estructura etaria joven, es de aprovechar ese bono demográfico donde más del 50 por ciento de su población está en edad productiva.