El pasado jueves 27 de junio el Ministerio de Salud de Guatemala anunció que dará “unos 10 millones de condones a trabajadores sexuales y jóvenes para prevenir el contagio de VIH y embarazos precoces”.
Esta iniciativa parece ser de las preferidas en América Latina para el 2013 ya que en enero Argentina anunció que “distribuiría gratuitamente 82 millones de condones y 17 millones de geles lubricantes en todo el país” (en escuelas, bares, discotecas y centros de salud) para prevenir enfermedades de transmisión sexual. Venezuela es otro ejemplo de lo anterior ya que recientemente Nicolás Maduro anunció que instalaría fábrica para producir preservativos “bolivarianos” y así “blindar” a la patria de embarazos precoces.
Los casos anteriores se mencionan como ejemplo ya que medidas similares se aplican a lo largo de todo el Continente. Una medida como la anterior no será de beneficio para ningún país ya que está comprobado que la entrega de anticonceptivos no conlleva una disminución de contagios de enfermedades sexuales ni embarazos precoces. Más bien alienta una actividad sexual más intensa y acelera el inicio de las relaciones sexuales en jóvenes aún menores. Si bien en todos los casos mencionados suele reconocerse la necesidad de la educación, basta con revisar los manuales de “educación de salud reproductiva” para notar que en la base existe siempre la misma debilidad: se considera al joven como incapaz de dominar sus impulsos, haciéndoles creer que es normal y correcto el iniciar la actividad sexual en una edad temprana. Claro que hay que tratar el tema, pues no es un tabú, pero hay que tratarlo de la manera adecuada. Más que una educación sexual lo que se necesita es una educación de la afectividad y la voluntad.
Es triste pensar que los jóvenes no pueden dominarse y entonces hay que darles un preservativo para que no se contagien y no resulten esperando un hijo. Es importante recalcar en los jóvenes, en primer lugar, la necesidad de la abstinencia y para ello es importante llenar su tiempo de actividades saludables para su edad: actividades deportivas, culturales o de sana diversión. Las relaciones sexuales deben dar inicio hasta que la persona ha alcanzado la madurez necesaria para escoger a la persona ideal y hacer frente a las consecuencias que ello conlleva, como lo es la conformación de una familia.
Debe recordarse que la relación sexual no es solamente una entrega física y carnal sino que implica la entrega de la persona entera, al ser la máxima manifestación de amor entre un hombre y una mujer. Las experiencias de países como República Dominicana, Tailandia, Cambodia y, más notablemente, Uganda, que han implementado la estratega ABC ((1)Abstinence; (2)Be Faithfull; (3) Condom – if number one and two fail-) indican que la promoción de comportamientos que buscan eliminar el riesgo (tales como la promoción de la abstinencia hasta el matrimonio y la fidelidad a una sola pareja) evitarán el contagio y la propagación del VIH así como los embarazos precoces. En recientes declaraciones el Presidente de Venezuela indicó que “sobre todo en la primera etapa de la juventud (…) cuando les pegan los vaporones, y se les calientan las orejas, y el mundo no puede esperar, y todo es para ya, ahí termina uno con tremenda barriga a los 14, 15 años. No debe ser”. ¿Y cual es su solución ante esta situación? Repartir preservativos y de esa forma promover que los jóvenes tengan relaciones. ¡Realmente el mundo está al revés! Es hora de hacer prevalecer las buenas costumbres y mirar a los países que han tenido buenos resultados para evitar cometer errores que llevarán a la sociedad a problemas mayores.