En una nota publicada el 5 de julio en el matutino Siglo XXI el experto Carlos Lozano, de la Nathal Actuarios y Consultores, S.A., de México, advirtió que según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y del Observatorio Demográfico de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), advirtió que Guatemala tendrá una población envejecida en aproximadamente 25 años.
El problema de envejecimiento de la población ocurre cuando la pirámide poblacional se invierte, pasando a tener una base más angosta y una punta más ancha, es decir que la proporción de jóvenes disminuye mientras que la de adultos mayores se incrementa. Específicamente, el porcentaje de la población de 65 años o más se eleva de 7% a 14%.
El experto indicó que la población guatemalteca crecerá a una tasa anual promedio de 1.67% en los siguientes 40 años, mientras que las personas mayores de 60 años lo harán a razón de 3.8%. Lo anterior implica que para 2040 habrá unos 3.8 millones de personas mayores de 60 años, ante lo cual Lozano afirmó que “si no nos preocupamos porque haya pensiones tendremos una población de viejos, pobres y enfermos”.
Es necesario ver hacia adelante y prevenir los problemas que una población envejecida trae consigo. El envejecimiento poblacional es siempre un problema para un país y, más aun, si el país está en vías de desarrollo con un alto porcentaje de pobreza. Es importante impulsar los fondos de pensiones para garantizar calidad de vida y, como señala Lozano, vale la pena que se legisle para aumentar dichos proyectos.
Además, en FADEP consideramos que es importante analizar las causas del problema para solucionarlo de raíz o quizá evitarlo. El envejecimiento poblacional ocurre por una disminución de la tasa de fertilidad y un aumento de la esperanza de vida: las familias tienen cada vez menos hijos y las personas viven cada vez más, con lo cual a futuro serán unos pocos los que tendrán que hacerse cargo de la población de la tercera edad. Obviamente el aumento en la esperanza de vida es algo positivo por lo cual debemos alegrarnos, sin embargo, se debe prestar atención a la caída de la tasa de fertilidad para evitar llegar a ser un país envejecido. Una nación no puede tener como meta reducir el tamaño de sus familias para buscar el desarrollo, la relación tiene que ser al revés: la meta es buscar el desarrollo económico y quizá la consecuencia sea una reducción en el tamaño de las familias. Si se tiene como meta reducir el tamaño de las familias, buscando que las mujeres tengan menos hijos mediante la promoción del uso de anticonceptivos, y no se abren oportunidades para que las personas mejoren sus condiciones de vida, el país nunca saldrá de la pobreza por más que la tasa de fertilidad disminuya.