A inicios de julio el Instituto de Estudios Familiares (IFS, por sus siglas en ingles) comentaba en su blog una investigación que llevaron a cabo sobre diversos aspectos del matrimonio tales como el compromiso, la comunicación y el conflicto. El estudio, basado en una encuesta nacional de Estados Unidos, llegó a una conclusión interesante ya que si bien hombres y mujeres comparten varias expectativas sobre el matrimonio, existen algunas áreas, como por ejemplo el divorcio, donde tienden a ver las cosas de manera muy diferente.
Específicamente se trata de cuando el hombre y la mujer empiezan a pensar en el divorcio. Las mujeres suelen tener pensamientos de abandonar su matrimonio cuando hay ausencia de factores positivos: cuando no perciben una satisfacción sensual, cuando creen que no pueden hablar como amigos o divertirse con su pareja. Por el contrario, los hombres piensan en el divorcio cuando se presentan factores negativos incluyendo las fallas de comunicación, la tendencia de los argumentos para escalar, el uso de humillaciones y el grado en que uno o ambos cónyuges marcan distancia durante los conflictos.
Esto nos lleva a pensar que a lo largo de la historia hombres y mujeres han mantenido un estándar diferente para medir si su matrimonio esta funcionando. Y, ¿que podemos aprender de este resultado? que para que un matrimonio funcione y se eviten los pensamientos de divorcio es importante que exista una relación positiva sólida y un bajo nivel de interacción negativa.