En su edición número 13 del año 2012, Family Watch hace un análisis de la influencia de los padres en sus hijos desde tres perspectivas diferentes que a continuación resumimos:

• Capital humano:  El cuidado que madres y padres dan a sus hijos está muy delimitado por su capital humano —habilidades, conocimientos y valores que poseen y que la sociedad asocia al éxito en su tarea — . Los padres con un gran capital humano, normalmente relacionado con los años de educación, son más propensos a hacer actividades que mejoran las habilidades cognitivas y el rendimiento escolar de sus hijos. Las madres y los padres con un nivel alto de capital humano no sólo fomentan las actividades enriquecedoras de sus hijos, sino que también promueven los comportamientos que se relacionan directamente con el éxito escolar. En resumen, hay una evidencia clara de que los niños se benefician del capital humano que padre y madre le pueden aportar

• Capital social: La calidad de la relación entre cada uno de los padres y el niño representa un componente importante del  capital social. Un gran número de estudios que investigan las asociaciones entre el comportamiento del padre y los resultados de los hijos asocian de forma significativa el apoyo del padre al incremento de bienestar infantil.

• Valor del ejemplo:  Padres y madres ejercen una influencia importante sobre sus hijos, por el mero hecho de quiénes son y cómo actúan. Los niños aprenden con la simple observación de quienes les rodean, y los padres son los adultos más presentes en su vida diaria. Los niños que observan cómo sus padres y sus madres tratan con respeto a otras personas, manejan situaciones conflictivas de una manera efectiva y tienen un comportamiento responsable, son más propensos a emular esos mismos comportamientos a lo largo de su vida. Cuando los padres tratan a alguien de forma inadecuada, los hijos tienden a imitarles. Además, padres y madres enseñan a sus hijos antes que nadie lo que significa ser un hombre o una mujer. La importancia del ejemplo es indudable, como han mostrado diversos estudios, aunque hay pocos que distingan al padre de la madre. Dos investigaciones recientes que sí lo hacen, demuestran que tanto la salud psicológica como su comportamiento respecto al consumo de alcohol, la dedicación de tiempo a la familia y el grado de conflicto conyugal tienen una gran influencia en la autoestima y la conducta de sus hijos.

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