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Informe denuncia esterilizaciones en mujeres guatemaltecas sin su consentimiento

En su edición del 3 de enero de 2011, el matutino de Guatemala, el Periódico, publicó un artículo sobre un informe que denuncia que en la década de los setenta, mujeres guatemaltecas fueron utilizadas para hacer experimentos de esterilización química.

En el informe ” Del control de natalidad al Genocidio“, elaborado por el médico español, Alfredo Embid, coordinador de la Asociación de Medicina Alternativa de España, se consigna que dichos experimentos fueron implementados por Estados Unidos en países subdesarrollados, como una política de control de natalidad.

Según la documentación, el procedimiento se hizo por medio de la esterilización química, la cual consistía en inyectar en el útero un fármaco denominado paraformaldehído, el cual produce una grave inflamación del endometrio que llega a bloquear la entrada de las trompas de Falopio. En ese proceso se les extraía el útero a diferentes intervalos para ir observando clínico-patológicamente el avance de la cicatrización y comprobar el éxito de la esterilización, sin que las pacientes tuvieran conocimiento de lo que realmente se les hacía, se lee en el documento.

El informe también denuncia como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, entre otras agencias internacionales proporcionan ayuda financiera a los gobiernos de países  en desarrollo, si son capaces de llevar a cabo las políticas demográficas dictadas por estos organismos.

El Doctor Carlos Gehlert Mata, ministro de Salud durante el gobierno de Vinicio Cerezo, en 1986 asegura que antes de llegar al ministerio tuvo conocimiento sobre estos experimentos y conoció que fueron realizados en Guatemala antes de la década de los ochenta. “Este problema es una irresponsabilidad y una supuesta política de Estado, que puede considerarse como criminal. Esto viola no solo principios éticos y morales, sino también los derechos humanos de las personas utilizadas para el experimento; es inadmisible lo que se hizo y no se pueden volver a repetir semejantes hechos en Guatemala”.

Guatemala no cuenta con una ley que tipifique como delito el uso de humanos para experimentos; sin embargo, la Corte penal internacional habla de que la esterilización forzada es considerada “crimen de lesa humanidad”.

Ante este contexto, cabe preguntarse ¿dónde queda el respeto a  la democracia, a la libertad y al derecho a la vida por parte de los organismos internacionales? cuando son ellos mismos quienes quieren imponer políticas que atentan contra la persona humana y su dignidad.

La normativa internacional vela por la protección de los derechos humanos, y es necesario que los tribunales internacionales se pronuncien al respecto para sancionar a estas organizaciones que atentan contra los derechos de la persona.