¿Qué expectativas y anhelos tienen los jóvenes en la actualidad, respecto al matrimonio y a formar una familia? ¿Cuáles han sido los factores que han influido en las nuevas configuraciones sociales y familiares? Una investigación realizada por Cecilia Serrano, estudiante del Máster en Investigación en Ciencias Sociales de la Universidad de Navarra, esboza algunas ideas a través de su Trabajo de Fin de Máster; realizado como parte del proyecto “Jóvenes en Transición”, del Instituto Cultura y Sociedad.
Interesados en la temática, y en el marco del Día Internacional de la Juventud que se celebrará el próximo 12 de agosto, entrevistamos a la investigadora para ahondar un poco más en su trabajo y las conclusiones obtenidas a través del mismo:
FADEP: Según los resultados obtenidos en tu investigación ¿Existe una relación directa entre el retraso en la edad en la que se casan las personas actualmente y el retraso de la edad en la que tienen hijos?
Cecilia Serrano: Sí y no. Aunque hay una relación importante y es verdad que se han retrasado ambos fenómenos, una tendencia muy importante es también el aumento en el porcentaje de hijos que nacen fuera del matrimonio, ya sea en parejas cohabitando o no. Por ejemplo, en Sudamérica y Centroamérica más de dos tercios de los niños nacen fuera del matrimonio. Es decir, la gente se casa más tarde y tiene menos hijos, pero no necesariamente significa que esté esperando casarse para tenerlos.
FADEP: ¿Es el factor económico o laboral igual de influyente en la “paradoja del matrimonio” que las nuevas configuraciones sociales y familiares?
Ana Cecilia Serrano: Sin duda pero no por sí solo. Es decir, muchos jóvenes adjudican a la falta de estabilidad laboral y económica el no querer o no “poder” casarse. Pero por ejemplo, estas condiciones no parecen ser un obstáculo para vivir con una persona. Entonces esto parece significar que no son las condiciones en sí mismas sino la concepción que se tiene del matrimonio. Es un factor importante, pero reducirlo a ello sería un error.
FADEP: El impacto demográfico mencionado como resultado del cambio en la edad en la que las personas contraen matrimonio, ¿A qué se refiere exactamente?
Cecilia Serrano: A lo que se refiere es que las decisiones tan profundamente personales, como casarse o no y a qué edad hacerlo, tienen un impacto demográfico y social importante. El retraso en la edad para casarse tiene importantes implicaciones en las tasas de fecundidad de un país. La cohabitación tiene un impacto negativo sobre la estabilidad familiar. El número de niños viviendo con ambos padres ha disminuido. Y es posible afirmar que en todos estos países las uniones se han vuelto más inestables, los matrimonios duran menos y hay un mayor riesgo de separación.
FADEP: ¿Dónde se recabaron los datos de la investigación? ¿Esta configuración familiar se presenta en diferentes regiones o es específica de alguna en particular?
Cecilia Serrano: Los datos utilizados para la investigación provienen de National Child Development Study, un estudio de cohorte longitudinal realizado en Reino Unido. Este estudio sigue a personas nacidas en una semana en 1958 y contiene información muy rica a lo largo de las distintas etapas. La idea es también actualizar la información y hacer estudios comparados en distintas regiones. Pero es verdad que a pesar de las particularidades de cada país, las tendencias pueden ser extrapolables a países occidentales. Europa, América del Norte, América del Sur, etc.
FADEP: ¿Considera que esta tendencia se mantendrá? ¿La edad en la que las personas contraen matrimonio seguirá aumentando según su perspectiva?
Cecilia Serrano: Aunque es verdad que la tendencia va a la alta e históricamente estamos en el punto más alto respecto a la edad media para casarse, no creo que podamos esperar que esa tendencia continue infinitamente. Sobre todo porque, como se menciona, parece que estas realidades no corresponden del todo a las preferencias o expectativas de los jóvenes. Entonces se debe profundizar en el entendimiento de los obstáculos estructurales y si no revertir la tendencia, al menos sí suavizarla.
FADEP: Además de las nuevas configuraciones sociales y familiares, ¿descubrió si existe alguna relación entre la paradoja del matrimonio y el debilitamiento de los lazos afectivos/comunitarios entre las generaciones jóvenes?
Cecilia Serrano: Aunque este trabajo no se centra en estos factores, sí se ha estudiado cómo las nuevas formas de relacionarse impactan todos los lazos sociales y estos a su vez se relacionan con la idea que los jóvenes tienen del matrimonio y de la familia. También se pretende profundizar en las relaciones sociales y románticas en la etapa de transición a la edad adulta en futuras investigaciones. Es decir, la elección de pareja; la formación de la familia no es un fenómeno individual y debe estudiarse desde su naturaleza social.
Desde FADEP reconocemos el valor del matrimonio y la familia, y la importancia de ambos para el desarrollo de la sociedad. Por esta razón, consideramos muy valiosos los aportes que enriquecen la discusión alrededor de estos temas. Las características presentes actualmente en la juventud son fundamentales para comprender y visualizar el futuro de la sociedad. Las conclusiones de esta investigación confirman la tesis expuesta por Brian J. Willoughby en su libro “The Marriage Paradox: Why Emerging Adults Love Marriage Yet Push It Aside”, en donde explica lo siguiente: “El matrimonio ha sido declarado muerto por muchos académicos y medios de comunicación. Las tasas de matrimonio están disminuyendo, mientras las tasas de divorcio siguen siendo altas; el matrimonio ya no se percibe con la misma importancia que una vez tuvo. Especialmente entre los adultos jóvenes, el matrimonio puede parecer una reliquia de un pasado lejano. Sin embargo, los adultos jóvenes continúan afirmando que el matrimonio es importante para ellos, y es posible que no estén abandonando el matrimonio, como muchos asumirían.”