Un informe publicado en el 2011 por la red de institutos demográficos europeos, Population Europe, pone de manifiesto que los esfuerzos realizados en muchos países europeos para incentivar la natalidad no están dando los resultados esperados y, sin embargo, el incremento de la participación femenina en el mercado laboral ha dejado de ser un obstáculo para la maternidad en muchos de ellos.
Durante las últimas cuatro decadas la tasa de feritilidad en Europa ha decrecido de 2.67 en 1970 a 1.69 en el 2009, y en algunos países incluso ha llegado a 1.3 hijos por mujer. Junto a ello, la esperanza de vida ha aumentado y la población de la mayoria de países europeos está envejeciendo rápidamente. A pesar de este panorama, los demógrafos han demostrado que incluso una mayor afluencia de la migración y un nuevo baby-boom, no cambiarán sustancialmente esta imagen en las próximas décadas, tomando en cuenta que las previsiones demográficas indican que un 15-25% de todas las mujeres que viven en Europa hoy en día, nunca serán madres, ya sea por causas biológicas como la esterilidad, o personales por el hecho de no querer tener hijos.
Ante este contexto, el informe señala que los países europeos estan doblando esfuerzos para apoyar a las familias. Sin embargo, la tendencia que lleva la tasa de natalidad demuestra que no lo han logrado. A pesar de ello, los autores insisten en que es necesario seguir impulsando políticas, pues éstas son importantes en la medida en que ayudan a mejorar el ambiente para que las personas deseen tener hijos.
Otro aspecto señalado por este estudio, es el alto grado de participación laboral de las mujeres, que en un principio se vio como un obstáculo para la maternidad, parace haber dado un giro. Hoy en día, las mujeres no aceptan tener que elegir entre tener una carrera o un hijo.
Las políticas públicas, en gran medida, han tenido que ver con ello, pues buscan la forma en que se pueda combinar el trabajo con la familia, tanto para los hombres como para las mujeres. Ejemplo de ello ha sido la ayuda financiera durante durante el permiso de maternidad, el apoyo al empleo de tiempo parcial, la mejora de la infraestuctura para el servicio de guardería, entre otros.
Sin duda alguna, los gobiernos están buscando la forma de cambiar aquella tendencia de natalidad. Es necesario que sigan impulsando políticas en favor de la familia, y que no descansen hasta revertir la tendencia hacia el envejecimiento poblacional. Países en donde a penas se están viendo las consecuencias de las políticas de control natal, deben tomar medidas desde ya.
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