El último informe especial de The Economist aborda el problema del envejecimiento mundial. Cubre la demografía y la economía del envejecimiento de la población (en el mundo desarrollado) y llega a la conclusión de que “las consecuencias serán de miedo”.

Algunos aspectos destacados:
El fin de la jubilación. The Economist señala que Otto von Bismarck creó el sistema de pensiones moderno en Prusia en 1889. Los trabajadores de más de 70 años recibían un pago del gobierno, pero su esperanza de vida era de sólo 45, por lo que era un buen negocio para el gobierno. Hoy en día el americano promedio se retira a los 64 y puede esperar vivir otros 16 años. La presión financiera de pagar pensiones a 20% de la población nos va a forzar a ir de vuelta a una era “pre-Bismarck”, donde no había una edad para retirarse.
Un fusible que se quema lentamente: por qué el mundo está envejeciendo explicado en un lenguaje sencillo. Los efectos financieros serán graves: la disminución de la mano de obra, una posible quiebra de activos, gobiernos menos dispuestos a gastar.
“La gente en los países ricos tendrá que abandonar la expectativa de que las pensiones serán cada vez más generosas y la atención de la salud cada vez más omniabarcante. Dado que ahora viven mucho más tiempo, y en su mayoría en buen estado de salud, tendrán que aceptar que también deben trabajar más tiempo y que su pensión será menor.”
Sufren los niños pequeños: la mayoría de los países ricos tiene escasés de bebés. Pero es muy difícil persuadir a las mujeres a tener más. Las horas de trabajo flexibles ayudan, pero no son una panacea.
“Tener hijos es una elección personal, y si la gente no quiere tenerlos no hay nada que los gobiernos puedan hacer. La ONU espera que la fecundidad en los países desarrollados se recuperarse algo en 2050, a 1.8 hijos por mujer, pero muchos expertos piensan que ese pronóstico es demasiado optimista”.
Un mundo de matusalene: los beneficios y los costos de una vida más larga: los beneficios y los costos de una vida más larga. En esta sección se examina el viejo sueño de la eterna juventud, o por lo menos, una vida muy larga y saludable. El problema que enfrentan las economías modernas es que las personas están viviendo mucho más tiempo y son más saludables por más tiempo. Pero, inevitablemente, las personas mayores requieren más atención en la salud. ¿Quién va a manejar esto? ¿Cómo se va a pagar?
Escatimar y guardar: las pensiones tendrán que ser mucho menos generosas. La vida para las personas de edad avanzada fue buena en la década de 1980, cuando sólo había 20 personas en edad de jubilación por cada 100 personas en edad de trabajar. Pero los gobiernos no pueden permitirse el lujo de apoyar a los ancianos de 2050 en el mismo estilo de vida confortable porque habrá 45 ancianos por cada 100 trabajadores.
La situación de China: envejecer antes de volverse ricos. Debido a la política de un solo hijo, China está envejeciendo muy rápido. De hecho, en algunas zonas ya hay escasez de mano de obra porque no hay suficientes trabajadores jóvenes.
La conclusión del informe es aleccionadora. El mundo está entrando en territorio desconocido. El envejecimiento afecta al mundo en formas profundas e impredecibles, que van desde la economía a la geopolítica. Cada país con ZPG (zero population growth) pagará las consecuencias de no tener hijos, con una excepción importante:
“Dado que la población de América seguirá creciendo cuando la de otros países desarrollados se está reduciendo, los Estados Unidos será el único país desarrollado que tendrá peso geopolítico.”
(Fuente: Demography is Destiny)