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Ley nacional de la juventud ¿qué necesitan los jóvenes?

imageEl pasado martes, 9 de febrero, el Congreso de Guatemala retrasó la aprobación de la inciativa de la Ley Nacional de la Juventud, con el objeto de analizarla más a fondo a través  de una comisión específica en la cual la sociedad civil podrá participar.

Uno de los temas centrales en torno a dicha ley, es  la búsqueda de la aprobación de algunas enmiendas que pretenden reconocer a la juventud el derecho a la educación integral de la sexualidad, asimismo, garantizar el acceso a los métodos modernos de planificación familiar.

Como hicimos mención en un artículo anterior, la finalidad de la ley es la busqueda del desarrollo integral de los jóvenes, lo cual es sin duda algo necesario e importante. Sin embargo, los jóvenes deben cuestionar a quienes tienen en sus manos la aprobación de dicha ley, y especialmente a la comisión que estudiará la misma,  si las enmiendas y la misma ley realmente reconocen un verdadero desarrollo integral.

En la discusión de la ley, el diputado Fernando Linares expuso que unos de los problemas de las enmiendas es que se atenta contra el derecho de los padres a la educación de los hijos y no se menciona la libertad sexual de la abstención. Estudios han desmostrado que el mejor método para prevenir embarazos y enfermedades de transmisión sexual son los programas que promueven la abstención.  Específicamente cuando se trata de jóvenes (la ley considera jóvenes desde los 13 años), la actividad sexual no debería ser una prioridad, más bien debe tratarse de retrasar el inicio de la actividad sexual para el momento que hayan alcanzado una edad y madurez suficiente para tener una relación duradera, idealmente basada en el matrimonio.

En una entrevista realizada a María Reneé Estrada, miembro de Grupo Sólido, coalición internacional de jóvenes que busca abrir el debate de la educación global en el amor y la afectividad, respondió a nuestra pregunta sobre ¿cuál es la verdadera educación sexual que necesitan los jóvenes? lo siguiente: una verdadera educación integral en la sexualidad es aquella que abarca tanto los aspectos físicos y biológicos del ser humano, como el afectivo. Entendemos la sexualidad como el conjunto de aspectos que abarcan a toda persona humana, en la unidad de su cuerpo y de su espíritu; la sexualidad es lo que configura a la persona como hombre o mujer. Y dentro de cada ser sexuado (persona humana) existe una fuerza que permite la capacidad de amar y la aptitud de relacionarse con los demás, la cual es la afectividad. Por lo tanto consideramos imperante educar en la afectividad al mismo tiempo que se educa en la sexualidad.

Es importante dejar claro que quienes se manifiesta en contra de las enmiendas, no lo hacen porque están en contra de reconocer la importancia de la educacion integral de la sexualidad. Sin embargo, se propone que ésta debe ser verdadera, abarcando la afectividad, y no una educación que lo único que promueve es el mal llamado sexo “seguro”, aduciendo que para que los jóvenes disfruten “plenamente” de su sexualidad unicamente necesitan saber como evitar un embarazo o las enfermedades de transmisión sexual.

Para analizar si realmente esta campaña funciona,  basta ver el caso de Estados Unidos, donde aquella ha sido implementada por más de 20 años, y los embarazos precoces han aumentado, así como las personas contagiadas a consecuencia de las relaciones sexuales sin una verdadera protección, que unicamente se encuentra en el matrimonio y la fidelidad.

A los jóvenes se les habla poco de la abstinencia y la verdadera responsabilidad sexual. Lo único que se les transmite es la idea de que son seres incapaces de dominar sus impulsos y que por ello se les tiene que dar un preservativo o anticonceptivo para no contagiarse o resultar esperando un hijo.