De acuerdo con un despacho noticioso de la Agencia Europa Press del 22 de enero, publicado en adn.es, América Latina es la única región del mundo donde la tasa de fecundidad de adolescentes sigue creciendo.

La noticia cita conclusiones del estudio ‘Reproducción adolescente y desigualdades en América Latina y el Caribe: un llamado a la reflexión y a la acción’, de la Organización Iberoamericana de Juventud (OIJ), presentado ese mismo día en Madrid. El “llamado a la acción” que hace la OIJ consiste en «la necesidad de acometer “políticas de educación sexual eficaces que reviertan esta tendencia”».

Según explicó la vicesecretaria de esa entidad, Leire Iglesias, «de cada mil embarazos registrados en estos países [Latinoamericanos] 73,1 se dan en jóvenes de 15 a 19 años, una tasa que casi duplica la tasa de fecundidad mundial (de 48,6 adolescentes por cada 1.000 embarazos) y triplica la europea (28,9 por 1.000)».

Si esos datos con correctos, se trata de un estado de cosas que no es conveniente para la vida de los jóvenes y para la sociedad en general. La vía fácil que insinúa el estudio como solución, repartir preservativos y enseñar a las mujeres a usar anticonceptivos, no resuelve el problema, sino que fomenta la difusión de una mentalidad hedonista y materialista con respecto a la sexualidad humana, que luego se manifiesta en el desprecio por la vida.