Damos a conocer una investigación publicada en el 2012 sobre la estructura familiar en 13 países democráticos: Australia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, España, Estados Unidos de América, Holanda, Japón, México, Noruega, Perú y Reino Unido.
Según el estudio, titulado “Familia y Bienestar Social en países democráticos”, la estructura familiar que garantiza el mayor bienestar de la población y la protección de sus derechos humanos es la conformada por matrimonios estables y donde padre y madre biológicos cuidan de sus hijos”.
La investigación se basó en censos y encuestas nacionales elaboradas a partir de 1995 en los países analizados: se descubre que en las familias donde los hijos cuentan con la presencia de sus dos padres biológicos, hay menos violencia contra mujeres y niños. Adicionalmente, los indicadores de salud física son mejores, hay menos problemas de salud mental, mejores ingresos y condiciones de vida , los vínculos entre padres e hijos son más positivos, disminuyendo el consumo de drogas, alcohol y tabaco.
Aquí puede consultar la presentación del Dr. Fernando Pliego Carrasco, del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Autónoma de México, sobre la investigación. En la presentación se dan a conocer datos importantes sobre la percepción de los mexicanos hacia la familia y sobre los cambios que dicha institución ha experimentado en el corto plazo. Así, por ejemplo, se afirma, según encuestas, que la familia es la institución más importante en la vida social de los mexicanos, siendo la que brinda más confianza en la sociedad y mejor protección a niños y personas discapacitadas. Sin embargo, el proceso de transformación de dicha institución ha sido fuerte en este país ya que del 2000 al 2010 el porcentaje de la población de 20 a 29 años que se encontraba casado disminuyó de 40% a 27.9% mientras que los que cohabitan aumentaron de 15.2% a 23%.
Datos como estos resultan preocupantes al contrarrestarlos con la evidencia científica que afirma que para mejorar el bienestar de la sociedad es importante contar con la presencia de familias estables. Esto porque está comprobado que las parejas que cohabitan tienen más probabilidad de separarse y sus hijos son más propensos a enfrentar problemas en la escuela, más consumo de drogas y un inicio temprano de actividad sexual