En Estados Unidos la seguridad social está a punto de irse a pique, financieramente hablando. Y a la cabeza de esta crisis se encuentra una desproporción demográfica: hay poca gente joven que representa la fuerza de trabajo para apoyar el creciente número de ancianos. En un artículo publicado por Ben Wattenberg, el 12 de julio de 2012 en el Wall Street Journal, explica que “los bebés no nacidos son la causa del déficit social ” lo cual está afectando a países de todo el mundo y amenaza con quebrar su economía.
La matemática es simple. Las tasas de natalidad han caído tanto y tan rápido que los pocos jóvenes que hay no pueden soportar los números crecientes de jubilados. Grecia y España ya están pasando por un precipicio demográfico, y no hay mucho que podamos hacer al respecto. Los gobiernos allí y en otras partes del mundo pueden y deben tratar de aumentar los impuestos o retrasar la edad de jubilación, pero esto sólo retrasará unos años el inicio de la crisis. En última instancia, e inevitablemente, habrá muy pocos contribuyentes para compensar el déficit.
El problema real es la escasez de nacimientos. Hay una serie de factores que han contribuido a la esterilidad extraña de esta generación. Según Wattenberg, estos son los matrimonios tardíos, la riqueza, el divorcio, el aborto legalizado y la anticoncepción accesible.
Wattenberg sugiere que “el mejor lugar para empezar es el reconocimiento del problema, haciendo publicidad al mismo y sus consecuencias, y finalmente confiando en que la humanidad ha existido por mucho tiempo y por lo tanto no desaparecerá”.
Haciendo una crítica al mito de la superpoblación como la influencia a la decreciente tasa de natalidad, el experto sugiere que es momento de difundir un nuevo mensaje: “el verdadero peligro para el futuro son los pocos nacimientos”, y explica ello haciendo énfasis en que tanto el mito de la superpoblación como el movimiento ecologista radical han jugado un papel en conducir la tasa de natalidad, uno haciendo propaganda que el aumento poblacional aumenta la pobreza y el otro manifestando que “el nacimiento de un bebé significa la muerte de una ballena”, alentando con ello el aborto. Los niños deben ser enseñados que ellos, y los hijos que algún día tendrán, son el único recurso del cual no se puede prescindir.
La evidencia nos muestra que los países con tasas de natalidad por debajo del reemplazo tienen un problema grave y a pesar de ello las personas siguen evitando tener hijos, pues son muchas las cargas y responsabilidades que ven en aumentar la familia. Los gobiernos deben emplear políticas y programas que apoyen a los padres, asimismo a los jóvenes para no retrasar el matrimonio.
Fuente: Population Research Institute