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Países europeos se recuperan en situación demográfica

Un reciente documento publicado por Rand Corporation titulado Low fertility in Europe, Is there a reason to worry señala que en Europa las tasas de de feuncidad han ido en aumento y, aunque no hayan alcanzado el reemplazo generacional, ello ha sido considerado un gran avance para solventar los problemas del enevejecimiento poblacional.

El estudio, que se centra especialmente en los casos de Alemania, Polonia, España, Reino Unido y Suecia, advierte que todavía 14 de los 27 países de la UE están por debajo de los 1,5 hijos por mujer y se considera preocupante la situación de la zona de habla alemana, así como los países del sur y del este del continente. Sin embargo, los países del norte parecen estarse recuperando, contradiciendo con ello el temor de que a mayor población menos desarrollo económico, pues aquellos países con mayor potencial en su economía han tenido que aumentar de forma significativa el número de hijos por mujer.

Uno de los países en donde ha sido importante la recuperación demográfica es Inglaterra que ha pasado de tener una tasa de fecundidad de 1,64 en 2001 a 1,97 en 2008 y que ha permitido a algunos hablar de un nuevo baby boom. Pero ¿cuáles son las razones que explican este cambio de tendencia? Los expertos creen que no se debe al peso de la inmigración, entre otras cosas, porque el comportamiento reproductivo de las mujeres inmigrantes tiende a asimilarse con el tiempo al de las nativas. Además, gran parte de los inmigrantes llegados en esos años proceden de Europa del Este, donde la fecundidad ha caído en picado en el mismo período.  Los investigadores, después de repasar otros factores –entre los que se encuentran el trabajo femenino, el retraso del matrimonio, el descenso de la nupcialidad, etc.– han llegado a la conclusión de que el aumento de las tasas de fecundidad ha sido un resultado no pretendido de la política familiar llevada a cabo durante el mandato de Tony Blair. Según el informe, el programa que determinó la recuperación demográfica fue el encaminado a reducir la pobreza infantil asegurando el empleo de los progenitores, estableciendo exenciones fiscales, favoreciendo la reincorporación laboral de la madre y flexibilizando los permisos por maternidad y paternidad.

El caso particular de Inglaterra parece indicar que las políticas y programas de gobierno afectan las decisiones de una familia de tener, o no,  hijos.  En este caso, llama la atención que la disminución de las tasas de fecundidad no es debida a que las parejas no deseen a los hijos sino que muchas veces su decisión de evitar un embarazo viene impuesta por condiciones económicas, fiscales o laborales.

Sin duda alguna, este informe señala un gran avance para la comunidad europea que ya estaba empezando a sufrir las consecuencias negativas del envejecimiento poblacional.  Una vez más queda evidencia de que no somos probres porque somos muchos, y que la población es una factor, no sólo determinante, sino positivo para lograr el desarrollo de los páises.

 

Fuente: ACEPRENSA