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Pobreza infantil en América Latina

En América Latina se estima que, en 2008, cerca del 12,5% de la población vivía en hogares en situación de indigencia, es decir, con ingresos inferiores a los necesarios para satisfacer las necesidades de alimentación. En esta región 45% de los niños se ve afectado por al menos una privación moderada o grave en sus derechos, lo que hace que casi 81 millones de menores de 18 años se encuentren en situación de pobreza infantil, según un estudio de la Comisión Económica de América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), dirigidos por Martín Hopenhayn y Dirk Jaspers Faijer, respectivamente.

El estudio realizado entre 2008-2009, titulado “Pobreza infantil en América Latina y el Caribe”, desarrolla una medición y diagnóstico de la pobreza infantil desde un enfoque de derechos en la región y busca proponer recomendaciones de política pública para su superación.

La investigación tuvo como objetivo principal establecer los niveles de pobreza infantil en un conjunto amplio de los países de América Latina y el Caribe (Guatemala es analizada en el estudio como región de Mesoamérica), a partir de una adaptación de la metodología desarrollada por UNICEF, la London School of Economics y la Universidad de Bristol en el año 2003, divulgada en el informe Estado Mundial de la Infancia 2005 de UNICEF. Para la realización del mismo se midieron múltiples dimensiones de la pobreza infantil en América Latina y el Caribe, vinculando cada una al cumplimiento de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, que entró en vigencia en 1989. Tomó en cuenta factores como la nutrición, acceso a agua potable, conexión a servicios de saneamiento, la calidad de la vivienda y el número de personas por habitación, asistencia a la escuela y acceso a medios de comunicación e información, cuya privación contribuye a un cuadro de pobreza y exclusión social. Además, el análisis consideró el nivel de ingresos de sus hogares y la capacidad potencial de que estos recursos puedan satisfacer sus necesidades básicas.

En materia de políticas públicas, detalla las intervenciones públicas a nivel multisectorial que deberían ponerse en marcha para eliminar la pobreza infantil, especialmente asegurar los derechos a la alimentación y a la salud, al agua, al saneamiento,  a la educación y a la información.

Finalmente, es necesario mencionar que también resalta que la estructura y ciclo vital familiar y, principalmente, el número de niños en el hogar son factores asociados a la pobreza infantil. Según el método de medición de la pobreza a partir del ingreso per cápita, esta aumenta conforme crece el número de miembros del hogar.  Cabe destacar que lo concluido por este informe en cuanto la relación de miembros del hogar e ingreso per capita, es un resultado a corto plazo al incrementarse necesidades como salud, alimentación y acceso a la educación.  Sin embargo, a largo plazo, si se asegura a los miembros del hogar el acceso a oportunidades, los resultados serán positivos.  Es importante que ante estas conclusiones los gobiernos no decidan erróneamente que la solución está en  políticas de control natal, sino más bien que se esfuercen por asegurar a cada miembros de la familia condiciones dignas que les permitan alcanzar su desarrollo sin ver menguada su libertad ni atropellados sus derechos.

Para conocer el documento completo, hacer clic en el siguiente enlace: Pobreza infantil en América Latina y el Caribe.

 

Fuente: Cepal