La crisis económica no distingue edades y uno de los grupos poblacionales que más afectado se ve por la pobreza son los niños. España, al igual que otros países en Europa, está padeciendo una crisis económica que ha hecho crecer el desempleo y, por lo tanto, los hogares sin ingresos, afectando a más de un millón de personas, entre ellos los niños.
Un informe de la entidad española FUNCAS, publicado en su revista Panorama Social brinda una perspectiva de cómo la crisis económica ha cambiado la vida de los niños, y es que uno de los problemas más graves es la escasa protección pública a las familias con hijos. Si España presentaba ya antes de la crisis un índice de pobreza infantil relativamente elevado, este indicador de bienestar objetivo ha empeorado desde 2008.
Sin embargo, llama particularmente la atención el bienestar subjetivo de los niños. En efecto, los niños en España se declaran bastante mas satisfechos que los de otras sociedades cuando valoran sus vidas, su salud o sus relaciones personales. Que el bienestar subjetivo de los niños en España se haya mantenido por encima de lo que cabría esperar, es probablemente un merito atribuible a sus familias.
La familia es el determinante principal del desarrollo social. La políticas públicas deben centrarse en ayudar a esta institución social y no únicamente en alcanzar un desarrollo económico que beneficia a los individuos en particular. La sociedad, y los niños especialmente, necesitan de la familia para alcanzar un verdadero bienestar. Es importante que, tanto estos países como aquellos que aún están en vías desarrollo, fortalezcan la institución familiar.