Todas las familias, sin importar su ubicación geográfica o condición económica, se enfrentan a un ciclo de vida y a problemáticas similares. La relación de pareja va madurando, vienen los hijos y el desafío de educarlos y formarlos para la vida y luego viene el momento del nido vacío. A lo largo de este ciclo las familias enfrentan momentos de alegría, tristezas, retos económicos, emocionales, etc. y cada familia a su forma va superando retos y viviendo la vida. Sin embargo, el ámbito en el que se desarrolla cada familia y el apoyo que reciben por parte de otros actores importantes – gobierno, comunidad, empleadores, sector educativo, entre otros- varía mucho entre cada país. En el caso de políticas de familia, en cierto aspecto las mismas están más desarrolladas en Europa que en Latinoamérica, lo cual constituye un reto para nuestra región. Sin embargo, es importante no olvidar que si bien el hombre y la mujer gozan de igual dignidad, en la familia también debe destacarse su complementariedad. Cuando se habla de políticas de familia, es también importante recordar la definición de qué es una familia, pues no cualquier relación “amorosa” o estilo de vida en común puede ser considerada familia y puede gozar de los beneficios que la misma conlleva. En FADEP, recalcamos que es de gran beneficio que la familia sea independiente y estable, y que sea respetada su dignidad e integridad; por lo tanto todas las políticas del Estado deben promoverla y protegerla sobre la base legal del matrimonio.
El pasado diciembre del 2016 se publicó un documento que resalta los resultados recientes del proyecto “Families and Societies” sobre las tendencias actuales en las políticas sociales relacionadas con las familias en Europa. El documento se basa en políticas relacionadas con la juventud, la igualdad y los arreglos para el cuidado de los hijos.
Los patrones familiares han cambiado sustancialmente en los últimos cincuenta años como resultado de nuevas tendencias en las relaciones y en la maternidad; y este cambio reclama una modernización de las políticas que apoyan a las familias. Sin embargo, la modernización es un concepto multifacético ya que las políticas familiares incluyen un amplio espectro de variables: la conciliación de las responsabilidades laborales y familiares (tanto del hombre como de la mujer), la transición de los jóvenes hacia la autosuficiencia, la sostenibilidad financiera de los sistemas de protección social, la lucha contra la pobreza infantil y familiar, entre otros.
La pregunta que surge ante las diferentes condiciones que cada país brinda a sus familias es ¿hay unas “mejores practicas” que deben imitarse? Lo que puede decirse es que una buena política debe contener una mezcla de medidas que apoyen a las familias a lo largo de todo su ciclo de vida. Aquí algunos ejemplos que presenta el documento en mención:
- En lugar de beneficios indirectos a través de sus padres, deben promoverse las políticas que impiden el abandono escolar prematuro y las políticas de bienestar que apoyan directamente a los jóvenes (subsidios sociales, vivienda y educación).
- Los países deben crear políticas que permitan una mayor flexibilidad en el trabajo. El derecho de los ciudadanos a solicitar trabajo flexible es de crucial importancia cuando se persigue el equilibrio entre la vida laboral y la vida privada y la igualdad entre mujer y hombre.
- Las políticas deben facilitar que los padres pasen tiempo con sus hijos proporcionando flexibles permisos parental para madres y padres.
- Los gobiernos deben invertir en mejorar la provisión y la calidad de los servicios formales de guardería a tiempo completo también para los niños menores de tres años y promover su uso entre las familias.
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