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Proyecciones para Latinoamérica en el 2021

La pandemia mundial por COVID-19  caracterizó al 2020 como un año con innumerables desafíos en todos los ámbitos de la sociedad latinoamericana. Demográficamente, las tendencias poblacionales presentaron variantes significativas en los índices de natalidad, mortalidad y flujos migratorios en comparación con años previos, lo cual tendrá un impacto trascendental previsto en la región. Socialmente las interacciones cotidianas, en mayor medida las dinámicas familiares, cambiaron drásticamente, principalmente por las medidas de confinamiento que modificaron los hábitos laborales y escolares tradicionales a modalidades remotas.

El año 2020 replanteó el sector económico, provocando la mayor contracción del Producto Interno Bruto (PIB) a nivel mundial desde 1946 relacionado con el escaso desempeño productivo en todas las regiones del mundo. Así mismo, la pandemia mundial motivó una considerable  retracción en el comercio internacional e inestabilidad en el mercado financiero. Además, las medidas restrictivas impuestas para evitar el contagio de COVID-19 diferencialmente en cada país, interrumpieron diversas actividades productivas, impactando el sistema laboral en todas las regiones del mundo, disminuyendo así la capacidad de los migrantes de enviar remesas a sus países de origen.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, en su publicación Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe, presenta en su edición anual del 2020 un informe sobre el impacto de la pandemia mundial en los sistemas económicos de los 33 países de la región latinoamericana, basándose en índices macroeconómicos tanto nacionales como regionales del año 2020, así como previsiones de los mismos para el presente año. Los datos incluidos plantean un escenario prometedor para Latinoamérica en el 2021, sin embargo, el COVID-19 y el desarrollo de mecanismos para concluir la pandemia mundial continúa determinando el desempeño socioeconómico en el mundo.

Previo al contexto de la pandemia mundial por COVID-19, Latinoamérica presentaba ya un escaso rendimiento productivo; la tasa de crecimiento económico de la región en el 2019 fue de 0.1% y el promedio de la misma en los últimos años es de 0.3% según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI). En el 2020 recién culminado, se sumaron a ese bajo crecimiento económico factores relacionados a la pandemia, lo cual derivó en una reducción del 7.7% del PIB regional y un significativo aumento de la tasa de desocupación alcanzando un 10.7%, lo cual representa un importante declive en la participación laboral, específicamente un incremento de 5.39 millones de personas desempleadas, y un consecuente aumento de la pobreza en la sociedad latinoamericana.

Guatemala en particular presentó un decrecimiento en el PIB de -2.5%, tras un promedio de crecimiento anual de 3.4% desde el 2015. El PIB per cápita nacional tuvo una reducción aún mayor, específicamente de -4.4%. Sin embargo, se prevé un escenario positivo para el país en el 2021 con un crecimiento económico de 3.5%; levemente por debajo del 3.7% estimado como promedio para la región. Las remesas presentaron, al contrario de los demás índices macroeconómicos del país, un alza de 8% en comparación con el 2019; Según el Banco de Guatemala representando un aproximado del 13% del PIB nacional.

El 2020 constituyó desafíos principalmente en el ámbito económico, para los cuales será necesario plantear nuevos modelos de productividad para una recuperación sostenible de la economía de Guatemala y de la región. El año recién concluido también motivó la creación de mecanismos innovadores de trabajo y de manejo de recursos, su inclusión efectiva en el ámbito productivo será uno de los determinantes en los resultados macroeconómicos del 2021.