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Reinventando el capital humano

person using laptop on white wooden tableEl principal activo de una industria son las personas que laboran en ella; Aun en la actualidad caracterizada por significativos avances en la tecnología que han motivado la digitalización de diversos procesos, es esencial la gestión del capital humano como prioridad de una organización para  alcanzar sus objetivos planteados.

Inmersos en un contexto de transformación tecnológica desde hace ya varias décadas, ha sido evidente la importancia de involucrar el factor humano en la introducción de innovaciones tecnológicas. Aún el siglo pasado, al implantar una nueva tecnología para la extracción de carbón en minas británicas con el objetivo de maximizar la productividad, la misma se redujo en relación con la desmotivación de los trabajadores; mostrando que al intentar sustituir las capacidades humanas por tecnología removían también aspectos relevantes como el trabajo en equipo, el liderazgo de ciertos empleados y sobre todo, el valor del trabajo realizado.

En las ciencias económicas se hace referencia al capital humano como el valor que le adjudican a una empresa las capacidades laborales, productivas y sociales de sus trabajadores; sin embargo, el término puede aplicarse al desempeño de todo ser humano sin limitarse a su desarrollo profesional y también infiere en su aporte a la sociedad en general.

El capital humano es un factor determinado no por la cantidad, sino por la calidad en las competencias de una persona.

La pandemia mundial por COVID-19 replanteó los mecanismos laborales de la mayoría de industrias, sin duda; un resultado positivo fue la acelerada adaptación al nuevo modelo de trabajo desde casa, valiéndose de herramientas tecnológicas. Este escenario actual representa una oportunidad para las corporaciones de vincular las innovaciones tecnológicas con los comportamientos, aptitudes y capacidades humanas.

Sin embargo, el sistema laboral presenta diversos desafíos actuales; el último Informe publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe resalta el aumento del desempleo a un 10.7% en la región como uno de los principales efectos de las medidas restrictivas impuestas en el 2020 que representaron un impacto negativo en la economía mundial. La tasa de desempleo refleja un aumento de 2.6% respecto a los índices del 2019 para Latinoamérica, derivado de la pérdida de empleos principalmente en el sector informal. Los datos sostienen que sólo el 21.3% de la población económicamente activa de la región tuvo la oportunidad de cambiar su método de trabajo a uno remoto durante los meses de confinamiento.

“La región retrocedió 12 años en términos de pobreza y 20 años en términos de pobreza extrema.”

CEPAL, 2021

El 2021 representa un año de ajuste a los cambios sociales, económicos y laborales derivados de la pandemia mundial en la que nos encontramos hace más de un año. En esta coyuntura, debe reinventarse el capital humano y la maximización de las competencias humanas para superar los retos actuales. La capacidad humana de identificar necesidades, relacionarse afectivamente e innovar constantemente permanece siendo irremplazable; aun cuando la tecnología está cada vez más presente en nuestra vida cotidiana, esto no sustituye al capital humano dentro del sector laboral, sino que lo impulsa hacia el centro del desarrollo económico como el factor diferenciador.