En su reciente visita a España, la coordinadora del Programa de Familia de Naciones Unidas, Renata Kaczmarska enfatizó que los gobiernos están para ayudar a las familias a cumplir sus funciones. Unas veces, creando las condiciones para que ellas solas actúen; y otras, ayudándolas donde éstas no pueden llegar.
Aunque todavía faltan más de dos años, Renata Kaczmarska ha empezado a reunirse con expertos de todo el mundo para escuchar ideas y empezar a preparar el 20º aniversario del Año Internacional de la Familia, que se celebrará en 2014.
Esta vez Naciones Unidas quiere centrar el próximo Año Internacional de la Familia en tres áreas: 1) la lucha contra la pobreza de las familias y la exclusión social; 2) la conciliación entre el trabajo y la familia; y 3) la promoción de la integración social y la solidaridad entre las generaciones en el seno de las familias y las comunidades.
Está claro que no es lo mismo conciliar familia y trabajo en Alemania que en Etiopía. De ahí que Kaczmarska haya insistido en que cada una de esas tres áreas tendrán que prepararse con encuentros regionales y mundiales.
Así pues, el Programa de Familia de Naciones Unidas, que coordina Kaczmarska, irá determinando acciones concretas pero también señalará principios que servirán de orientación a los Estados miembros durante los próximos años. ¿Cuáles son algunos de esos principios?
Ayudar mejor a las familias
Un principio clave que repitió Kaczmarska fue que la misión del poder político –ya sea supranacional o nacional– es ayudar a las familias a cumplir sus funciones. “Queremos apoyar a las familias en sus funciones y difundir las buenas prácticas en políticas familiares”, afirmó.
El mensaje de Kaczmarska tiene repercusiones muy serias señalo el informativo español Aceprensa. Su idea conecta con una de las áreas del próximo Año Internacional de la Familia: la lucha contra la pobreza y la exclusión social. Pero también con el primer Objetivo del Desarrollo del Milenio. En alusión a este objetivo, dijo: “No se pueden erradicar la pobreza extrema y el hambre sino a través de las familias”.
Un principio orientador para diseñar las políticas sociales destinadas a mejorar el desarrollo de los países es “atender a las familias como unidades en lugar de tratar a sus miembros de forma individual”.
Entre otras cosas, este enfoque permitiría ayudar mejor a las familias que pueden correr más riesgos económicos. Kaczmarska citó cuatro ejemplos: hogares monoparentales; familias numerosas; familias que cuidan a discapacitados; y familias emigrantes.
Permisos de paternidad
Dentro del área para “Conciliar familia y trabajo”, Kaczmarska destacó la importancia de los permisos de maternidad y de paternidad como herramienta para implicarse conjuntamente en la crianza y educación de los hijos.
Sobre el de paternidad advirtió que, aunque en varios países de Europa ya existen legalmente, ahora tiene que mejorar su consideración social. Muchos hombres, dijo, no los utilizan porque temen perder el empleo o bien porque les da vergüenza.
En muchos casos, lograr el equilibrio entra familia y trabajo es posible gracias a la familia extensa. Pero a Kaczmarska no se le escapa que contar con la ayuda de los abuelos –sobre todo, en ciudades donde hay grandes distancias de por medio– es cada vez más complejo. De ahí que la solidaridad intergeneracional sea otra de las grandes preocupaciones de la ONU para los próximos años.
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