La revista médica The Lancet (12-04-2010) ha demostrado que, entre 1980 y 2008, la tasa de mortalidad materna global disminuyó un 35%. Lo anterior demuestra que el problema de mortalidad materna que afecta a muchos países es un problema capaz de ser solucionado sin que sea necesario legalizar el aborto con ese fin. Por ejemplo, uno de los objetivos del milenio busca reducir las muertes de mujeres relacionadas con el embarazo y el parto en un 75%, lo cual es utilizado por muchos organismos como pretexto para legalizar el aborto aduciendo que así se logrará el objetivo.
Según afirma un artículo de Aceprensa, “para estos organismos, buena parte de las muertes maternas se deben a complicaciones del aborto, en especial cuando este se realiza en condiciones deficientes. Los abortos inseguros se suelen identificar con los clandestinos, y ello sirve de argumento a favor de que se legalice el aborto en los países donde está prohibido o permitido solo por excepción.”
Al revisar el estudio, queda claro que la reducción de la mortalidad materna se ha visto beneficiada por la disminución de las tasas de embarazo en algunos países; el aumento de los ingresos femeninos, que contribuyen a mejorar la alimentación y el acceso a los cuidados sanitarios; la mejora del nivel educativo de las mujeres; y la creciente disponibilidad de cuidados realizados por expertos durante el parto.
La investigación destaca que, aunque sólo hay 23 países en vías de alcanzar el objetivo del milenio, los progresos realizados por países como Egipto, China, Ecuador y Bolivia son muy buenos. Algo que ha sido de gran peso en la disminución global del indicador han sido los avances de países grandes como China e India.
Los resultados de esta investigación deberían llevar a los distitnos gobiernos a repensar sus políticas y planes para la reducción de la mortalidad materna: los recursos y esfuerzos deben estar centrados en mejorar la atención en el parto, el acceso a servicios de salud y la alimentación; y para nada en fomentar los abortos.