La ventana de los 1000 días, que abarca desde el inicio del embarazo hasta los dos primeros años de vida del niño, es crucial para el desarrollo físico y cognitivo del niño. Son los verdaderos días de oro para cada niño.
En Guatemala, las condiciones socioeconómicas y de salud influyen significativamente en el bienestar de las madres y los niños durante este periodo. En este artículo vamos a analizar la situación de la salud materno infantil de Guatemala, con base en estadísticas recientes del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), para concluir con enfoque propositivo a futuro para mejorar la salud y el desarrollo durante estos primeros 1000 días.
¿Cómo está actualmente la salud materna y neonatal?
De acuerdo a los datos presentados por la OPS, con base en el INE y el RENAP, Guatemala experimentó una reducción del 48.7% en la mortalidad infantil entre el 2002 y el 2019, pasando de 38.8 a 19.9 por cada 1000 nacidos vivos. Por otro lado, entre el 2002 y el 2020, también se redujo en un 2% el porcentaje de nacimientos con peso bajo (debajo de 2,500 gramos), pasando del 12% al 10%. Otro dato importante para analizar durante la ventana de los 1000 días, es la adherencia a la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, la cual presentó un aumento del 2.6% entre el 2002 y 2015, pasando de un 50.6% a un 53.2%.
Asimismo, en cuanto a la mortalidad materna, en el 2020 se estimó en un 95.5 por 100 000 nacidos vivos, lo cual representa una reducción del 37.1% comparado con el dato de 151.8 en el año 2000. De acuerdo al CIEN, en 2023 la tasa de mortalidad neonatal fue de 16 por cada 1000 nacidos vivos. Ambas cifras reflejan una mejora constante en la supervivencia tanto de madre como de neonato a lo largo de los años, pero aún existe un largo camino por recorrer para garantizar un mejor acceso a servicios de salud de calidad para toda la población.
¿Qué pasa con la nutrición?
La ventana de los 1000 días se considera una gran oportunidad nutricional, pues si tanto madre como hijo tienen acceso a una adecuada alimentación durante este período, se tendrá un enorme impacto positivo en la salud, el desarrollo físico e intelectual del niño, así como su estabilidad en los años siguientes.
Existen varias entidades que han desarrollado mecanismos de seguimiento a los esfuerzos por mejorar las condiciones de la ventana de los mil días. El CIEN tiene una herramienta denominada “ “Monitoreo de las acciones de la Ventana de los mil días”, así como FUNDESA y Alianza por la Desnutrición han publicado el informe “6to monitoreo de la ventana de los mil días”. En estos y otros mecanismos se pueden analizar en un periodo determinado de tiempo la consecución de metas en salud y nutrición, gracias a las intervenciones estatales y privadas durante la ventana de los 1000 días.
¿Qué podemos proponer a futuro para fortalecer y mejorar las condiciones durante la ventana de los 1000 días?
El CIEN, en su herramienta de monitoreo anteriormente mencionar, propone 10 acciones específicas, que cada familia puede realizar y cada comunidad apoyar, que puedes encontrar a continuación:
Imagen recopilada del informe “Monitoreo de las acciones de la Ventana de los mil días” del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), página 9.
Con el fin de complementar esta propuesta, proponemos a nivel país las siguientes mejoras en tres grandes áreas.
Primero, para reducir la mortalidad materna y neonatal, es fundamental mejorar el acceso a servicios de salud de calidad. Por lo tanto, proponemos:
- Aumentar la inversión en infraestructura de salud en áreas rurales y comunidades indígenas.
- Formar y capacitar a personal médico y parteras para que puedan ofrecer atención adecuada durante el embarazo, el parto y el post-parto.
- Implementar programas de transporte para asegurar que las mujeres embarazadas puedan acceder a centros de salud sin dificultades.
Segundo, para combatir la desnutrición crónica, se deben fortalecer los programas de nutrición materno-infantil. Nuestras propuestas incluyen:
- Implementar programas de suplementos con micronutrientes para mujeres embarazadas y lactantes.
- Desarrollar campañas de educación nutricional dirigidas a familias y comunidades sobre la importancia de una dieta balanceada.
- Mejorar la disponibilidad y accesibilidad de alimentos nutritivos a través de políticas agrícolas y programas de asistencia alimentaria.
Tercero, es importante educar y sensibilizar sobre la importancia de la ventana de los 1000 días y cómo son cruciales para el desarrollo del ser humano. Para ello, recomendamos lo siguiente:
- Lanzar campañas de sensibilización a nivel nacional sobre la importancia de la salud materna e infantil.
- Incorporar programas educativos en escuelas y comunidades para enseñar prácticas de cuidado y nutrición desde una edad temprana.
- Fomentar la participación comunitaria en programas de salud y nutrición para asegurar la sostenibilidad de las iniciativas.
En conclusión, la ventana de los 1000 días es fundamental para el desarrollo de un niño y la salud de la madre. Guatemala enfrenta desafíos significativos en este ámbito, pero con un enfoque coordinado y estratégico, es posible mejorar la situación. Mejorar el acceso a servicios de salud, fortalecer programas de nutrición y promover la educación y sensibilización son pasos esenciales para asegurar un futuro más saludable para las madres y los niños guatemaltecos.