Cuando se habla de políticas de control natal, automáticamente relacionamos el tema a la controvertida Política de Hijo Único, que por casi cuatro décadas, limitó coercitivamente la tenencia de hijos a uno por familia para ralentizar el crecimiento poblacional. Sin embargo, vale la pena mencionar que el Índice de Fecundidad había decaído ya de 6.09 hijos por mujer en 1970 a 2.74 (Banco Mundial) al final de la década previo al establecimiento del control de natalidad.
Ahora con un Índice de Fecundidad de 1.28 hijos por mujer (2020), China se enfrenta a un drástico invierno demográfico que ha causado una dramática desaceleración de su crecimiento poblacional, alcanzando en 2021 la cifra récord de 0.1% de crecimiento interanual. Esta significativa reducción ocurre tras 61 años de crecimiento poblacional constante y su único precedente es en 1961, cuando la población china decreció brutalmente debido a “La Gran Hambruna”.
Más de cuatro décadas más tarde, China padece las negativas consecuencias de las Políticas de Control Natal que, además de aminorar dramáticamente su población, condujo a un desequilibrio entre los grupos etarios y entre ambos sexos derivado de la gran cantidad de abortos selectivos por la preferencia social hacia el sexo masculino- Según datos del más reciente Censo llevado a cabo, China tiene casi 35 millones más de hombres que de mujeres en su población.
La distribución etaria actual de la población China es casi imposible retratarla como una pirámide ya que en su mayoría, un 16.55% de la población total, se encuentra entre los 50 a los 59 años. El segundo grupo mayoritario oscila entre los 30 a los 39 años, representando un 16.02% y el 14.09% corresponde a la población entre los 40 y 49 años de edad. El grupo etario menor de 20 años compone solamente el 22.9% de la población total; por lo cual, la sostenibilidad y crecimiento económico de China tiende de un hilo al escasearse su volumen de mano de obra.
En este alarmante contexto, opuesto a una catástrofe por un crecimiento poblacional desmedido, se ha demostrado que el auténtico reto es un crecimiento poblacional insuficiente asociado con una población mundial envejecida e incapaz de sostener sistemas sociales, económicos, productivos y laborales estables y prósperos para las siguientes generaciones, que serán incluso más escasas que las actuales.
¿Qué acciones se han tomado frente a la crisis demográfica?
Se ha cambiado la narrativa, especialmente la expuesta por el Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNFPA, uno de los principales propagadores de la Teoría de la Sobrepoblación y promotores de la imposición de medidas de control natal. En su más reciente Informe “Estado de la Población Mundial 2023”, el cual detallamos previamente (UNFPA: La Fecundidad no obstruye el desarrollo); incluye datos demográficos que demuestran que el mundo no está sobrepoblado, más bien, se encuentra en una paulatina despoblación causada por el declive de los Índices mundiales de Fertilidad. Frente a ello, ¿Es momento de cambiar no sólo la narrativa sobrepoblacionalista, sino también las políticas antinatalistas que ha motivado?
Para China no ha sido suficiente la reversión de su Política de Hijo Único para contrarrestar las lesivas consecuencias que ahora enfrenta su población. Ha sido necesario establecer medidas gubernamentales que incentiven a la tenencia de un mayor número de hijos por familia como el acortamiento de horarios laborales, la concesión de subsidios para el cuidado de los hijos, la eliminación del requisito de matrimonio para que las mujeres puedan registrar civilmente a sus hijos y por supuesto a eliminación del límite de tres hijos por familia.
Sin embargo, las medidas mencionadas parecen no ser suficientes ya que los Índices de Fertilidad continúan decayendo debido a que las generaciones jóvenes chinas no están interesados en crear una familia. Prueba de esta predisposición entre las generaciones jóvenes es el hecho que en el 2022 se registró el número más bajo de matrimonios desde que la creación de los registros públicos chinos. Según datos del Ministerio de Asuntos Civiles de China, un 10.5% menos de parejas contrajeron matrimonio en 2022 comparado con la cifra del 2021, coincidiendo también con cifras récord de declive natal en el país.
Es necesario fomentar no sólo una nueva narrativa, sino corregir la que siempre fue incorrecta. La población es el recurso más valioso para el desarrollo de todo país. Cada persona humana que se desarrolla integralmente dentro de un entorno familiar representa capital humano inigualable, es a ello a lo que hay que apostarle para cambiar el panorama de la población mundial.