La madurez es algo positivo, entre más años se tiene, suele ser mayor la experiencia ganada y esto nos hace pensar que el beneficio para las empresas es mayor. Sin embargo, la tecnología avanza a pasos agigantados y las personas mayores muchas veces no estan adquiriendo los conocimientos necesarios para trabajar con ella. Así pues, encontramos un problema si estamos afrontando una sociedad envejecida, en donde la pirámide poblacional se está invirtiendo.
El envejecimiento acelerado de la población es un hecho irrefrenable con repercusiones sociales, laborales y económicas de gran magnitud. Para verlo más claro, un dato: en el año 2020, las personas de más de 40 años serán amplia mayoría en Europa, y las personas de entre 15 y 24 años tan sólo representarán un 11%, lo que arroja una idea de la velocidad del envejecimiento en décadas futuras. Por ello, las empresas deben prepararse para gestionar estas plantillas envejecidas.
El informe Cómo gestionar personas en una sociedad madura. Los efectos de la pirámide edad del IESE Bussiness School de la Universidad de Navarra en colaboración con Grupo Persona, aborda los problemas asociados al progresivo envejecimiento poblacional que se intensificará en las próximas décadas. El enorme reto demográfico debería implicar la puesta en marcha de políticas de dirección de personas y estilos de dirección y liderazgo adecuados.
Una de las principales preocupaciones de los empresarios en relación con el envejecimiento de los trabajadores es suponer que la pérdida de capacidades funcionales y de salud a causa de la edad disminuye automáticamente el rendimiento y la productividad de los empleados mayores. La relación entre edad y productividad es mucho más compleja, gracias a las ventajas que brinda la experiencia, el amplio conocimiento del trabajo, la maestría profesional, el conocimiento especializado y el uso de estrategias de compensación. No existen pruebas concluyentes que indiquen que los trabajadores mayores de 45 años son menos productivos en general que los más jóvenes.
El continuo descenso de la tasa de población es, actualmente, uno de los temas más discutidos en los foros públicos, además de objeto de investigación sociológica en toda Europa. El envejecimiento de la sociedad constituye un desafío para políticos y economistas. La tasa de crecimiento natural se está desplomando a la vez que aumenta la esperanza media de vida, pronosticando una tendencia sostenida para el futuro. Esto representa retos importantes, como el de prevenir la discriminación por razón de edad o el de aprovechar el potencial de todos los grupos de edad.
En el caso de la de la discriminación, la edad es una de las causas más frecuentes de discriminación laboral. Casi 1 de cada 20 trabajadores manifiesta haber experimentado esta discriminación en el lugar de trabajo y un 15% afirma haber sido testigo de discriminaciones por razón de la edad en el entorno laboral. Es necesario por lo tanto proponer políticas que contengan sanciones cuando se presente casos de discriminacion. Asimismo los adultos mayores deben seguir en continua formación y adquirir nuevos conocimientos para estar al día y tener el mejor desempeño.
Puede acceder al informe en nuestro Centro de Documentación para conocer recomendaciones para tratar este tema desde el ámbito político y empresarial.
Como se puede concluir, los retos que representa el envejecimiento poblacional abarcan todos los ámbitos de la sociedad. Es necesario comenzar a aplicar las recomendaciones que informes como este brindan para facilitar los efectos negativos del cambio demográfico, invirtiendo siempre en capital humano sin el cual es imposible el progreso social. Lo contrario podría suponer consecuencias catastróficas no sólo para la economía social sino para el futuro desarrollo.
