Este 31 de octubre de 2011 la población mundial alcanzó los 7,000 millones de habitantes. Sin embargo los demógrafos creen que el desafío no radica en el incremento de la población, sino en su rápido envejecimiento junto con la caída de la natalidad. Así lo publicó el diario online La información en su edición del 24 de octubre.
Al superar los 7,000 millones, las preocupaciones a corto plazo de los políticos son el obtener los recursos adiciones para los 2,000 a 3,000 millones de personas que se esperan para los siguientes cincuenta años. Promover está idea sin duda puede ser alarmante, pero ello no es problema gracias a las mejoras en la producción de alimentos y la tecnología. El problema real es entonces el rápido envejecimiento de las personas, combinado con una caída brusca de los nacimientos tanto en los países ricos como pobres.
Muchos demógrafos y planificadores a largo plazo dicen que el desafío para el próximo siglo no será tanto tratar con un mayor número de personas como lidiar con una con una población envejecida mayor y quizá dependiente, mientras se encuentran nuevas estrategias para ofrecer prosperidad, empleo y servicios esenciales.
Muchos de los países más pobres del mundo siguen teniendo un fuerte crecimiento; el índice de fecundidad mundial – el número de niños por pareja – sigue estando en 2,5, más que suficiente para sustituir a cada persona que vive en la actualidad. Ello sería suficiente si todos los países reflejaran dicho número, pero en los países ricos, el índice va en disminución.
La mayoría de las proyecciones sugieren que la población mundial alcanzará un máximo de unos 9.000 millones de habitantes alrededor del 2070 y después comenzará la caída, quizá muy deprisa. Para 2030 más de una tercera parte de la población en un determinado número de países occidentales, así como en algunas economías asiáticas, como Japón y Corea, tendrá más de 65 años.
Muchas naciones en vías de desarrollo, especialmente China con su política de hijo único, seguirán esa tendencia, a menudo sin recursos financieros para ayudar a pagar el costo de los cuidados médicos.
La gran pregunta a la que nadie sabe responder con certeza, dicen los expertos, es si es posible planificar un crecimiento económico que genere empleos; y esperan que tanto los trabajadores mayores como los más jóvenes sean parte de la fuerza laboral.
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