“El futuro del trabajo no es una foto fija, sino un escenario en construcción. El espacio que las mujeres ocupen en el futuro dependerá de cómo actuemos cada uno de nosotros: mujeres, hombres, empresas y Estado”.
Modernización de la tecnología, apertura internacional de mercado, inserción de la mujer en el sistema laboral, entre muchas otras, son las condiciones que determinan el contexto de los trabajadores alrededor del mundo en la actualidad. El último informe sobre “El Futuro del Trabajo en América Latina y el Caribe” publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo, se enfoca en el cambiante futuro del sistema laboral específicamente para las mujeres latinoamericanas.
La región latinoamericana, muestra una significativa brecha entre las condiciones laborales de los hombres y las de las mujeres; por ejemplo, persisten diferenciaciones por sexo entre las orientaciones, capacidades y beneficios de trabajo.
Comenzando una nueva década, se prevé un contexto de cambios en el ámbito laboral, tanto para los hombres como para las mujeres, derivado específicamente por la introducción de nuevas tecnologías que determinan el curso del sector privado y en general, también del ámbito público. Cada día surgen nuevas oportunidades de empleo y son más requeridas determinadas capacidades para puestos de trabajo relacionados con la creación y uso de tecnología.
La actualidad, caracterizada por constantes innovaciones tecnológicas ha facilitado la cotidianidad de toda sociedad con acceso a las mismas, sin embargo, uno de los principales riesgos que representan los avances tecnológicos en el sector empresarial, es la sustitución de trabajadores por dispositivos de alta tecnología más rentables; lo que genera la necesidad de los trabajadores de adquirir las habilidades y capacidades adecuadas a las condiciones de trabajo actuales.
El futuro laborar presenta muchas oportunidades tanto para hombres como para mujeres por el crecimiento de la economía mundial; aprovechando el tema de la última edición de publicaciones del BID, mencionamos algunas condiciones previstas que favorecen a las mujeres dentro del ámbito laboral:
- Mayor crecimiento de los empleos relacionados con los sectores de cuidado de salud y educación, los cuales son ocupados en mayoría, por mujeres
- Acceso a nuevas oportunidades de empleo relacionadas a plataformas tecnológicas actuales como Uber, Airbnb, etc. que presentan una mayor flexibilidad laboral y condiciones laborales favorables para la conciliación familiar y laboral
- Mayores oportunidades de emprendimiento a través de medios tecnológicos como redes sociales, plataformas de comunicación, etc.
Por todo lo anterior, es evidente que el sistema laboral se encuentra cambiando a nivel mundial debido a diferentes factores en los que intervienen las variantes condiciones demográficas, los avances tecnológicos, procesos de globalización y las demandas laborales en constante evolución.
Dentro de dicho contexto, es prioritaria la colaboración de los sectores sociales involucrados en el sistema laboral, para garantizar oportunidades de capacitación y de trabajo digno para la población laboralmente activa, que específicamente en Guatemala es de 5.02 millones. Cabe recalcar la importancia de que todos, hombres y mujeres tengan acceso a educación y capacitación para poder optar a los puestos de trabajo que la economía demande; además de que, tanto hombres como mujeres, sean contratados por sus capacidades profesionales, en vez de emplearles por la necesidad de cumplir cuotas “X” de contratación a fin de mostrar equidad.
La equidad laboral consiste en ser tratados de la misma manera, escogiendo a la persona más idónea para un puesto de trabajo sin tomar en cuenta su sexo. Hombres y mujeres son iguales en dignidad, sin embargo, cada uno tiene capacidades diferentes que los pueden hacer más o menos competentes para un trabajo determinado; lo cual, no es discriminación, es optar realmente por un trato igualitario y meritocrático.