El pasado 2 de septiembre del 2011, la abogada María Victoria García Delfino, miembro del Centro de Bioética, Persona y Familia, publicó un artículo que demuestra por qué la afirmación “la despenalización del aborto disminuirá la mortalidad materna”, proclamada por los abortistas, es un mito.
El artículo basa sus argumentos en diversos estudios científicos que demuestran por qué el aborto no es compatible con la salud materna y por lo tanto no disminuye el índice de defunciones maternas y, en lo que respecta, se destaca lo siguiente:
De acuerdo con los informes sobre mortalidad materna realizados por la Organización Mundial de la Salud, UNICEF, UNFPA y el Banco Mundial, Irlanda, país que prohíbe el aborto, tiene el menor índice de mortalidad materna, consituyendo el país lider en seguridad para las mujeres embarazadas.
Por un lado, el informe “Tendencias en mortalidad materna 1990-2008”, muestra la disminución del índice de defunciones materna de 6 muertes en 1990, a 3 en 2008 (por 100.000 nacidos vivos). En el informe “Mortalidad materna en 2005”, de las mismas entidades, se sostiene que Irlanda presenta el menor riesgo de defunción materna: es de 1 en 48.000. Esta estadística se refiere a la probabilidad de que una mujer a partir de los 15 años acabe muriendo por una causa relacionada con la maternidad a lo largo de la vida adulta. Asimismo, el informe presenta el número de defunciones maternas notificadas, que en Irlanda es de 1 por 100.000 nacidos vivos (con un margen de incertidumbre mínimo de 1 y máximo de 2).
En un estudio publicado por la Revista The Lancet “Mortalidad materna de 181 países, 1980-2010: un sistemático análisis de progreso hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio” se muestra que la legalización del aborto no está asociada a la reducción de la mortalidad materna, y que es la implementación de mejores condiciones en el cuidado de la salud la causa real de reducción de mortalidad materna.
El artículo concluye con una recomendación del Dr. Elard Koch, director de Investigaciones del Departamento de Salud Familiar de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, exhortando a Argentina a que si quiere alcanzar la meta del Milenio en lo que concierne a mortalidad materna, debe incrementar la cobertura de atención prenatal, la atención obstétrica de urgencia y la atención profesional del parto. Esta última logró 83,7% de cobertura de los nacidos vivos el año 2009, dejando aún un porcentaje importante de pacientes con alto riesgo obstétrico sin acceso a la atención especializada en hospitales, que contrasta con la cobertura de 99,9% observada actualmente en Chile.
Sin duda esta recomendación debe ser tomada en cuenta por todos los demás países. En FADEP hemos publicado varios artículos demostrando con argumentos científicos que el aborto no es una opción segura para la madres. Los gobiernos implementan políticas para reducir la mortalidad materna pero la solución no es promover el aborto seguro. Una vez más queda evidenciado que el aborto sólo aumenta el problema, las mujeres embarazadas deben recibir una mejor asistencia sanitaria, que no la perjudique, ni a ella ni al niño que está por nacer.