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No hay gente, no hay cambio climático, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas

changePor Michael Cook | 23 Nov 2009 | Mercatornet.com

Traducido por Moris Polanco

Año con año, la población crece a un ritmo escalofriante, por lo que es un trabajo duro llamar la atención sobre el exceso de población en un informe anual. Desde un punto de vista de relaciones públicas, la solución es elegir la perspectiva de moda.

El tema del Informe sobre el estado de la Población Mundial de 2009 son las mujeres y el cambio climático. “Las mujeres pobres de los países pobres están entre los más afectados por el cambio climático, a pesar de que han contribuido menos al mismo”, dice Directora Ejecutiva del UNFPA, Thoraya Ahmed Obaid. Las mujeres son más propensas que los hombres a morir en los desastres naturales –incluidas las relativas a condiciones climáticas extremas. Así que la solución, según parece, es que haya menos mujeres.

La causa última del cambio climático es la gente. “Ningún ser humano es verdaderamente neutral en la emisión de carbono, especialmente cuando todos los gases de efecto invernadero se incluyen en la ecuación”, dice el informe en una sección titulada “Al borde del abismo”. “Por lo tanto, todos son parte del problema, así que todos deben ser parte de la solución”.

El Wall Street Journal tiene la mejor respuesta a esta condena oportunista:

Eso nos suena como una formulación un tanto totalitaria, incluso si el Fondo se sale de su manera habitual de limpiar su imagen como un grupo de defensa de la eugenesia mediante el cambio de la expresión “control de la población” por “dinámica de la población”. De hecho, el Fondo –algo inusual para un órgano de la ONU– favorece la eficiencia a la hora de sacrificar nuestras vidas, citando el descubrimiento de que “dólar por dólar, las inversiones en la planificación voluntaria de la familia y la educación de las niñas también reducirán, en el largo plazo, el efecto invernadero de las emisiones de gases, por lo menos tanto como las inversiones en energía nuclear o eólica.” Incluso mejor, el informe dice que otros estudios indican que evitar mil millones de bebés en 2050 ahorraría  tanta energía como la construcción de dos millones de turbinas eólicas. El argumento del medio ambiente se extiende también al bienestar humano: el informe señala que “el uso de la planificación familiar voluntaria disminuye directamente la mortalidad infantil”.

Es difícil discutir con esa lógica: La eliminación de la vida es sin duda la forma más adecuada para evitar los problemas que trae. Por supuesto, este razonamiento ignora la posibilidad de que uno de esas vidas “prevenidas” pudo haber sido la que curara el cáncer o el VIH. Entonces ¿por qué curar la enfermedad si la vida humana en sí misma es un cáncer para el planeta?