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¿Qué las mujeres regresen al hogar?

El pasado 6 de noviembre, el New York Times publicó la nota llamada “El camino de China hacia la modernización: que las mujeres vuelvan al hogar”.  El artículo exponía, en resumen, como el país asiático, que en un principio había instaurado la regla de solo un hijo por familia, ahora se lanza a una estrategia país enfocada en la natalidad; no solo quitando esta regla ya desde hace tiempo, sino también dando incentivos económicos a las familias para que tengan más hijos.

Estas noticias se dieron durante la inauguración del Congreso Nacional de Mujeres. Un tema bastante irónico, ya que la institución que fue creada en un principio para reducir la natalidad, ahora está enfocada principalmente en aumentarla. Fue el mismo Xi Jinping, el líder del país, quien abordó dichas problemáticas en un discurso, ya que según se argumenta, las mujeres están demasiado ocupadas trabajando y ya no tienen tiempo ni incentivos para tener hijos en China. El discurso resaltó la importancia de que la mujer regrese al hogar, principalmente para formar familia y así tener hijos y ayudar a solventar el problema demográfico que aborda el país.

Independientemente si pensemos que está bien o está mal lo que está haciendo el gobierno chino, es una realidad que la baja natalidad en un país es negativa en todo sentido. A largo plazo, se reduce la fuerza laboral, lo que hace subir los salarios, lo que a su vez aumenta la inflación. Reduce la demanda agregada de los hogares, lo que reprime al sector privado. Menos personas, son menores pagos de impuestos, lo que debilita al Estado, sin tomar en cuenta los problemas fiscales y lo que puede ocasionar con la sostenibilidad de las pensiones y la deuda soberana.

No parece extraño que el economista más famoso de la historia, Adam Smith se haya referido a la población productiva de la siguiente manera:

“..el producto anual de cualquier país.. solo se puede aumentar… a través del aumento del número de sus trabajadores productivos o a través del aumento de la capacidad productiva de aquellos que ya estaban empleados con anterioridad.” (Smith 1776: 364)

La decisión de dedicarse al hogar al 100% o de trabajar fuera de él, es una decisión que compete a cada mujer tomar con total libertad. Sin embargo, esto no solo depende de ellas mismas, sino también de que en la sociedad existan oportunidades laborales para que solo una persona del hogar pueda proveer lo necesario para toda la familia o que se pueda compaginar el trabajo femenino con la maternidad. También de la defensa de la familia natural, ya que si la sociedad, por medio de la cultura, lo que produce es un mayor número de divorcios que de matrimonios duraderos, una mujer no se sentiría respaldad lo suficiente para arriesgarse a tener hijos y no trabajar. Por lo que la petición de Xi Jinping no puede quedarse solo en palabras.

Tal y como dice Adam Smith, no solo es importante la natalidad, sino la instrucción adecuada. La sociedad y el Estado deben de velar por dar educación pública y privada de calidad. Así como cuidar por que la economía sea saludable, creando confianza en las instituciones para generar mayor inversión extranjera y nacional. El país debe cuidar a toda costa la democracia, el libre mercado y la estabilidad económica, para que las familias puedan desarrollarse bien. De esto depende nuestro futuro como nación.